"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

lunes, 5 de mayo de 2025

El señor de las muñecas y otros cuentos de terror, de Joyce Carol Oates

 

Bibliometro #101. Llega por fin a las manos nuestras este volumen de seis cuentos escritos por Joyce Carol Oates, escritora estadounidense que hemos leído bastante por acá (creo que van cinco novelas de momento, y no faltan en las estanterías de otras bibliotecas, ojo, tenemos JCO para rato). El señor de las muñecas y otros cuentos de terror, es el título, y les adelanto de inmediato que, si bien son cuentos que, como es de esperar dada la autora, tocan temas sórdidos y violentos, explorando el lado oscuro de la sociedad y la humanidad, no diría que son "de terror", aunque bueno, quién soy yo para desautorizar el título con que la misma autora bautiza una recopilación de sus propias historias. ¡Quién soy yo!, se preguntarán ustedes, a dónde me dirijo, me preguntaré yo.

Bien, dirijámonos al meollo del asunto, vayamos al grano, uno por uno:

El señor de las muñecas, el cuento que abre y da nombre al volumen. Quizás el que más se acerque a ser "de terror", pero no se ilusionen sobre ello. Como sea, estamos ante un cuento llamativo y algo ingenioso, pero tampoco muy sorprendente ni asombroso, es tan sólo la historia de un muchacho que colecciona muñecas (pero en secreto, para que el padre no se entere, un niño jugando con muñecas dónde se ha visto), narrándonos cómo va aumentando su colección a medida que crece y se hace adolescente y adulto. Lo curioso es que, a medida que aumenta su colección de muñecas, él mismo nos informa que en su pequeña ciudad van desapareciendo niñas y mujeres, y uno se pregunta si acaso es mera casualidad la correspondencia entre lo uno y lo otro. Como ven, sin ser nada sorprendente, tampoco estamos ante un cuento muy impactante ni profundo o punzante en su retrato psicológico de este atormentado protagonista, aunque como apuntes podemos destacar, qué sé yo, la capacidad de la autora para capturar y exponer las falencias y sombras típicas de esas aspiracionales ciudades cerradas en sí mismas, todo el asunto este de los rígidos roles o modelos de masculinidad/feminidad y cómo éstos pueden afectar negativamente en personalidades de por sí inestables (como es el caso de nuestro niño coleccionista de muñecas, "algo no muy de varones")... Un poco de crítica social, decadencia burguesa, machismo gringo, american psychos, atmósferas lúgubres y mugrosas, quizás lo mejor de este cuento sea ese feísmo estético que logra transmitir, en plan "Henry: Portrait of a Serial Killer", "Man Bites Dog" o "The Golden Glove". En otras palabras, este cuento pudo haber sido mejor aprovechado en formato novelesco: en un mayor número de páginas esta autora, cuya sobrada capacidad para adentrarse en profundidad y complejidad en mentes, psicologías y ciudades/comunidades, pudo haber explotado y aprovechado mejor sus prometedores elementos.

Soldado. Acá la cosa se pone más interesante, más sustanciosa. No estamos ante un mero aunque estimable ejercicio truculento, Soldado es, por el contrario, una tensa y avasalladora historia sobre un hombre blanco enfrentando juicios por haber disparado y asesinado a un menor de edad negro, claro que, aunque la opinión pública grite a los cuatro vientos que el caso es un vil y cruel asesinato gratuito, nuestro protagonista afirma, jura y sostiene, ante Dios Todopoderoso y los gloriosos tribunales de justicia de los Estados Unidos, que todo el episodio fue un angustiante y desesperado lapsus de legítima defensa: el miedo, el temor a perder la vida en un asalto callejero, fue instintivo, ni se dio cuenta del color de piel de sus atacantes, menos de la edad, tan sólo quería seguir vivo. Y la autora, que escribe con enjundia, con energía, con intensidad, palabras como mazazos, sinuosas oraciones reptando como calculadoras víboras, nos lanza de lleno a ese circo, a ese reality show que es Estados Unidos: las cartas de admiradores, amenazas de muerte, organizaciones y fundaciones que financian la defensa de hombres blancos atacados por la locura progresista, tensiones raciales, en fin ya se imaginan... En este caso la breve extensión del cuento, reconcentrado y denso, ayuda a su impacto y poderío dramático.

Accidente por arma de fuego. Una investigación. Bueno, más que una investigación sería una rememoración. Una mujer, madre soltera de un niño y una niña, con motivo de un viaje al pueblo en donde viven sus padres, típicas vacaciones familiares, rememora un desagradable episodio de su adolescencia en donde hubo muertos, sangre, un disparo... Claro que la mujer, mientras conduce a la casa de sus padres y durante la estadía, comienza a recordar desde antes del episodio: sus días de escuela, su relación con una profesora muy especial para ella, la hermosa casona en un barrio rico... y el barrio de clase media en donde ella vivía, las diferencias de clase, las indeseables ramas familiares, deserción escolar, delincuencia juvenil, criminalidad y pobreza, la anti-nostalgia, el anti-coming-of-age que es este relato... Accidente por arma de fuego es otro claro ejemplo del poderío narrativo y dramático de su autora, que a la vez que pone de manifiesto y sobre la mesa todos los temas mencionados también te cuenta una historia llena de suspenso, encantadora a ratos y sumamente desagradable, sórdida, violenta en un clímax que puede ser algo insoportable, sobre todo por cómo Oates te transmite con tal fuerza la sensación de indefensión e impotencia. En fin, este relato es otro de esos empujones con que la autora nos lanza de lleno a ese hondo pozo de oscuridad y desamparo, no esperen un tierno anecdotario sentimental adolescente.

Ecuatorial. Esta historia, que quizás califique de novella, es interesante, tiene un planteamiento bien jugoso aunque no me parece que sea la pieza más memorable del conjunto. Es que, por una parte, parece, por decir algo, una historia tipo "The White Lotus", esa serie con la que tanto babean los espectadores casuales diletantes y pedantes, con gente millonaria pero apestosa y disfuncional vacacionando en exóticos países mientras, entre postales turísticas y lujosas comodidades en esos oasis paradisiacos enclavados en medio de miseria tercermundista, vamos viendo lo podridos que están por dentro, gente bien vestida y bien hablada pero repugnante. En lo personal no me atrae nada este tipo de historias, es otra clase de explotación turística; junto con esas historias ambientadas en la realeza, las evito. Entonces tenemos un matrimonio de académicos, él un viejo sesentero pero en buena forma porque se las da de aventurero ("viajero no turista", mantra ícono de la inconsciencia y superficialidad), ella una madura aunque más apaciguada mujer, un matrimonio venido a menos, una comedia de falsos afectos que por dentro es un abismo insalvable, entonces decía que este matrimonio anda viajando por Ecuador y las Islas Galápagos, así que la autora nos va contando todo el rollo turístico, que el mar que los animales que los barrios de moda, que las cenas en hoteles en el crucero con los colegas y los otros turistas de clase alta gringos blancos de egos inflados, diálogos y debates mesas de hombres y mesas de mujeres... Muy interesante, sin duda; o sea, no es que no se note la crítica social, el componente satírico al mostrar a estos personas educadas e intelectuales que en el fondo son igual de rancios, paternalistas y condescendientes que cualquier mortal apenas alfabetizado (el clasismo y el machismo transcienden estratos sociales), están patentes, pero como digo, el rollo turístico me aburre un montón. Lo interesante de esta historia es el componente psicológico: la mujer del matrimonio piensa que su marido, el viejo aventurero, el eterno jovencito, quiere matarla. Ella lo ama, ¿pero y si fue un error? Es la tercera esposa. Ya no es como al inicio. No puede seguirle el ritmo. Nota la irritación de él. Recuerda algunas escenas cotidianas extrañas. ¿Tendrá una amante más joven? Poco a poco, estas vacaciones adquieren tintes de pesadilla, la aburrida cotidianidad turística (creo que, en el fondo, a la autora tampoco le agradan estos tours para millonarios ociosos) se desgarra en espirales de sospechas, miedos atávicos, inseguridad, dudas introspectivas... En resumen, no es una mala historia en lo absoluto: tiene su sólida construcción psicológica y, aunque a mí me repela lo turístico, lo cierto es que el retrato crítico y satírico está, funciona a la par que el suspenso. Hablando en términos estrictamente objetivos, es un gran relato, pero claro, a veces toca ser el lector mañoso y caprichoso, me declaro culpable su señoría, no me inviten más a estos tours, feliz me quedo en casa.

Mamaíta. Entretenida aunque nada excepcional historia que, temáticamente, quizás sea "de terror" aunque el tono y el estilo sea más de comedia negra, en consonancia con la narración en primera persona de la protagonista, una adolescente de trece años en plan soy rebelde y el mundo apesta. Como cruzar "The Texas Chainsaw Massacre" con "Captain Fantastic" (ese burdo émulo de Wes Anderson) y "El diario de Molly" (y similares, como "The Diary of a Teenage Girl"). La adolescente vive con su madre, con quien no se lleva bien en lo absoluto, se siente sola, extraña en una nueva ciudad, más encima una ciudad en donde desaparecen niños y mascotas, se burlan de ella en el colegio, en fin nada bien, nunca positifa, hasta que una compañera se hace su amiga íntima, la invita a su casa y todo, una linda y aislada granja en las afueras de la ciudad en donde la amiga vive con su padre y sus, qué, ¿cinco hermanos y hermanas?, una familia muy excéntrica sin duda, todo lo contrario a la suya, hija única sin padre. Eso sí, esa familia tiene algunos secretos y la protagonista los irá descubriendo, en especial cuando llegue el momento de conocer a... Mamaíta. Con ello también puede que se aclaren los otros misterios de la ciudad. Como digo, una historia entretenida y poco más. Parece algo forzada la mezcla entre relato/grito de disconformidad generacional/adolescente y terror/misterio/suspenso, como que ambas vertientes se unen en un nudo algo chapucero, pero como digo, si se dejan llevar y le creen a lo que la autora propone, oigan, no creo que piensen que ha sido un desperdicio.

Misterios S.A. Finalmente, el relato que lo cierra todo. Sólo diré que es una historia diabólicamente entretejida, una exquisita maraña de misterios en donde se dan la mano tanto la fascinación por escuchar misterios como el gusto de contarlos. Un hombre visita Misterios S.A., una famosa y hermosa, maravillosa librería temática, con planes no muy nobles hemos de decir. Llega a observar, a inquirir, a descubrir, a ejecutar, a eso llega nuestro amante de los misterios y enigmas. Pregunta si puede hablar con el dueño de la librería, cómo no, un gusto poder charlar con el creador de semejante establecimiento, todo un ejemplo de clase, buen gusto, cultura e inteligencia comercial. El dueño de la librería, podrán adivinar, también es un vasto conocedor de la literatura de misterios, después de leídas millones de páginas forzosamente también es un hábil detective... y astuto confabulador. ¿Qué clase de juego intelectual se desarrollará entre ambos hombres? No querrán perdérselo; se perderán en sus páginas, los dominará un voraz impulso lector, los impulsará la sed de misterios, porque tal es la naturaleza humana: más que fascinados y atraídos por la luz, el ser humano clava la mirada y enfila sus pasos, como hipnotizado y preso de un cálido magnetismo, hacia la misma oscuridad... ¿qué es lo que ahí se esconde? La clave de los misterios es vender la ilusión de que en el fondo de esos pozos negros hay oro esperándote. Por fortuna, nosotros no somos los personajes, que raramente encuentran dichos tesoros; nosotros como lectores, con frecuencia, sí hallamos oro al final de estas misteriosas historias. Misterios S.A. es un claro ejemplo de ello. 

Supongo que sopesando impresiones y opiniones, este volumen termina siendo satisfactorio. Yo diría que es solvente y cumple lo que promete, pero no diré que he quedado muy encantado o entusiasmado con su lectura, sólo Misterios S.A. y Soldado me han enganchado de manera realmente rotunda, de cerca quizás Accidente por arma de fuego, la primera por desplegar la exquisita y enigmática prosa de Oates, y la segunda, en cambio, por su prosa/atmósfera más bien brusca, dura, áspera y sucia, además de su mordaz punto de vista, y ambos porque se diferencian de manera más clara de la obra novelística de su autora. Del resto se pueden sacar más cosas en limpio, pero no son tan redondos como los que personalmente he rescatado ni se les puede considerar muy originales, a fin de cuentas, no es la primera vez que Oates nos habla de mujeres/muchachas siendo atacadas por hombres o de matrimonios tóxicos sostenidos por vergonzosas manipulaciones emocionales. Capisci? 

Desde hace prácticamente dos años que El señor de las muñecas y otros cuentos de terror, de Joyce Carol Oates, autora estadounidense nacida el año 1938 en Lockport, una ciudad ubicada en el estado de Nueva York, ha sido pedido en doce ocasiones, tan sólo una vez este 2025, su año de gloria el 2024, tan glorioso ese año que miren el desastre con que fueron estampados la mayoría de los préstamos, amontonados y apelotonados, repetidos, superpuestos... Me cago en todo, madre mía.

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