"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

sábado, 21 de diciembre de 2024

Todo oscuro, sin estrellas, de Stephen King

 

Biblioteca Nacional S10E03. Otro ciclo de la B.N.P.D. ha llegado a su fin y, si se fijaron, no sólo fue un ciclo por completo dedicado a Stephen King (como la temporada anterior, y puede que la anterior a esa incluso) sino que además fue sólo de cuentos. Completamos Skeleton Crew, disfrutamos de El umbral de la noche, ahora toca Todo oscuro, sin estrellas, que reúne tres novelas cortas y un relato largo . ¿Cuántos libros de Stephen King creen que quedan en la B.N.P.D.? ¿O en Bibliometro? Ni yo me lo imagino, ja, ja.


En esta ocasión no nos extenderemos tanto, como ven en el índice, apenas son cuatro historias.

1922. A veces suele pasar, sobre todo si ya has leído más o menos bastante de King, que ciertas historias tienen un aire no a repetido, pero a similar. O que historias bien narradas, bien escritas desde luego (es imposible a estas alturas que King escriba mal), con una calidad que para cualquier otro autor o autora del montón podría ser un alto indiscutible, una cumbre cualitativa incluso, en King se sientan apenas correctas y solventes, sobre todo si has disfrutado la lectura de obras mayores. Tal es el caso de 1922, que, en efecto, es una excelente historia de obsesiones, locura, remordimiento, consciencia, el horror de la culpa materializado en fantasmas y demonios psicológicos. King construye una oscura y densa atmósfera tanto para su contexto, un año 1922 durísimo, sobre todo para los habitantes de zonas rurales, como para los pesares mentales de sus personajes, asfixiados y apresados en claustrofóbicas habitaciones internas (y externas, claro, a fin de cuentas de eso se trata). La historia, a modo de testamento o carta de despedida, la cuenta un hombre cuya vida se fue al carajo. ¿Cómo? Desde el momento en que su suegro pasó a mejor vida, legando cuarenta hectáreas de tierra fértil a su hija, quien quiere venderlas a una empresa de mataderos, mientras que el marido quiere que la familia conserve dichos terrenos para trabajarlos, a fin de cuentas son granjeros, viven de la tierra, cuidan y protegen la tierra y la tierra los cuida y protege a ellos en tiempos de cosecha. Pero la esposa no quiere y el marido decide tomar cartas en el asunto, sangrientas cartas en el asunto. Luego de ello, nada ocurre como esperaba y todo lo que soñaba que podía hacer se esfuma, dejando en su lugar un reguero de desgracias que va de mal en peor y de peor en "más peor".
Aunque la historia está muy bien escrita, ya digo, 1922 no se siente tan impactante ni sorprendente, sobre todo cuando uno reconoce imágenes, ideas, motivos y premisas de otras obras previas. Acá reconocemos cosas de Dolores Claiborne (que a su vez tenía cosas de otras historias previas, vaya), de Cementerio de animales, de los cuentos Los misterios del gusano y Último turno, además de un par de historias más que no puedo recordar con precisión ni inmediatez pero cuyo fantasma me recorría el espinazo mientras leía, esa sensación de "esto me recuerda a otra cosa". Supongo que es normal, sobre todo en un autor tan prolífico, que recupere frutos de su propia cosecha: los intereses y obsesiones narrativo-dramáticas de todo creador y artista. Sin embargo, puede que a 1922 le haya sido más perjudicial que beneficioso, a menos, claro, que no hayan leído nada de la primera etapa de King y se encuentren con este libro antes que los demás, en cuyo caso 1922, sin duda, les parecerá una obra rotunda y plenamente original.
Lo mejor, sin duda alguna, es el modo en que King reconstruye esa época, ese tiempo y ese lugar como alejado de dios en donde precisamente una historia tan brutal y tan oscura ocurre, además de ese ominoso y opresivo clima de angustia y desesperación psicológica. La textura, el relieve, el aire, todo se siente tan vívido que... Demonios, es una buena historia, eso está claro. Pero no es lo mejor de King, y puede que sea injusto para la historia en sí...

Camionero Grande. Acá tenemos otra excelente historia que, ahora sí, es una lectura refrescante, tan refrescante como perturbadora y desagradable. Es una historia por lo demás dinámica, que se mantiene siempre activa por así decirlo, gracias a las distintas lógicas o motores narrativos que utiliza: veremos recursos de un relato de supervivencia (de survival horror), es un thriller de venganza, es también un relato de misterio-detectivesco, y desde luego es también un drama psicológico, una exploración de cómo una situación extrema empuja a una persona normal, común y corriente, una simpática escritora de libros de misterio protagonizados por un grupo de elegantes abuelas, hacia conductas impensadas de violencia y agresión y ambigüedad moral.
No mucho más deben saber, sólo deben dejarse llevar por su bestial pulsión narrativa, por una perpetua escalada de nervios y de tensión, de esa tensión que se estira hasta límites por momentos insoportables (en el buen sentido). Imaginen que podría ser perfectamente una película dirigida por un Jeremy Saulnier en plena forma, el Jeremy Saulnier de "Blue Ruin", por ejemplo.

Una extensión justa. Esta historia es entretenida pero es también una historia sumamente terrible (en el buen sentido). Es una historia de desgracias y desgraciados. En esta historia la ambigüedad y confusión moral va aún más allá porque, básicamente, y aunque suene a lugar común, todos los personajes presentes son tan buenos como malos, o mejor dicho tan héroes como villanos, o mejor dicho tan víctimas como victimarios, o mejor dicho tan correctos como bastardos. La línea es difusa, la línea no existe. Parece que lo único cierto, la desoladora y cruel verdad de este cuento es que en el mundo sólo se gana o sólo se pierde: alguien tiene que ganar/triunfar, alguien tiene que fracasar/perder, no se puede estar arriba y fuera del podio a la vez, y ganar o perder no tiene nada que ver con cualidades humanas como la bondad o la generosidad, ni tampoco con altos ideales institucionales o simbólicos, como la idea de justicia. Es azar, o peor que eso, es capricho; ni la bondad ni la maldad entran en juego, y el juego no es justo ni injusto, tales nociones no existen: las cosas suceden y a veces estás en el lugar y momento adecuado. Pero no, hay un despiadado equilibrio en ello, es eso lo peor de esa desoladora verdad: para que haya triunfadores debe haber fracasados. Y el protagonista, un hombre al que le detectaron cáncer hace poco con un escuálido pronóstico de vida restante, lo descubrirá cuando se encuentre con un particular comerciante que vende soluciones para todo. A qué costo, sin embargo...

Un buen matrimonio. Acá tenemos otra vez una historia muy bien contada, una historia de una calidad narrativa que ya quisiera para sí cualquier escritorzuelo, pero que por venir de King se siente sólo correcta y solvente, rutinaria incluso. Una mujer descubre que su esposo es un asesino en serie, y no cualquier asesino que se conforma con matar, sino un monstruo que abusa y tortura sexualmente de sus víctimas. El autor, en las notas finales, dice que la gran inspiración para esta historia fue un hecho y una pregunta. El hecho: la captura del asesino BTK, un hombre de barrio, de familia, un hombre que nadie habría imaginado que era tan horrendo monstruo asesino; la pregunta: ¿Qué pasaría si descubres que alguien a quien creías conocer al derecho y al revés no es quien creías ser? Sabemos que nadie es un libro totalmente abierto, pero si una persona es todo lo contrario que sugiere su portada, ¿qué entonces? Ese dilema es el que atrapa a la protagonista, la simpática viejecita, que por casual accidente (valga la redundancia), se encuentra con tan horrible descubrimiento. Este cuento destaca por la inacabable tensión, ese ¿qué haré ahora?, ese ¿cómo podré mantener la normalidad en adelante?, ese ¿cómo serán las cosas normales, por qué demonios tuvo que pasar esto, por qué tuve que enterarme?, y por ese tira y afloja mental que atenaza a la protagonista, ese dilema moral que la aprieta como el abrazo de un oso, esa lucha psicológica interna entre si hacer lo correcto o... Sin duda, es un cuento que puede llegar a ser bien desagradable y brutal, que captura a la perfección lo inimaginable que pueden llegar a ser los monstruos humanos, y la pesada sensación de indefensión y perplejidad cuando alguien demasiado "normal" se ve de frente a preguntas y verdades para los que jamás imaginó tener que hallar respuesta. La muerte y su hedor, el horror y sus tentáculos reptando por tu espalda, apresando tu corazón, penetrando en tu mente. Sí, muy buen cuento.

Como ven, cuatro historias de, como mínimo, excelente calidad. Son lecturas no hechas para un día ligero, pero qué día es ligero en estos tiempos. Ninguna de estas historias es realmente sobrenatural (a excepción de Una extensión justa, pero dicho elemento es casi tangencial para la reflexión que propone y de la que hablamos un poco en su párrafo), lo cual es de destacar porque demuestra que King es capaz de escribir sobre horrores desde una perspectiva puramente humana, aunque sea a través de extremas pesadillas de violencia y maldad. Otra cosa: la maldad puede ser tan activa y consciente como pasiva y agazapada.
Como sea, un libro la mar de recomendable. Definitivamente, si alguna vez se llega a hacer eso, para una hipotética y post-mortem Antología Definitiva de Stephen King, yo rescataría Camionero Grande y Una extensión justa. 


Bueno bueno, en esta ocasión tocó una ficha bibliográfica bien movidita y llenita, que es como me gusta. Este ejemplar, llegado a principios del año 2015, ha sido pedido, hasta nuestros días, casi diez años después (una década, ¡diez años es una década!), en, a ver contemos..., uno, dos, tres... ¡treinta veces¡ Excelente actividad en mi opinión, siendo el 2017 su año de gloria glorísima. Esta década no ha sido tan pródiga en lecturas (sólo cinco préstamos) pero al menos no ha sufrido la siesta o hibernación de la mayoría de los libros que pedimos prestados, al menos no de manera tan acusada, aunque, para qué estamos con cosas, desde el 2019 hasta el 2023 es harto tiempo de pausa lectora para un ejemplar. ¿O no?

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