Biblioteca Nacional S09E03. Maleficio, a diferencia de Christine o de Cementerio de animales, no es una de las novelas que tuviera en alta prioridad dentro de la bibliografía de King, sin embargo el hecho de que originalmente haya sido publicada bajo el pseudónimo de Richard Bachman me llamó la atención y aumentó mi interés, porque bajo dicho pseudónimo King se permite escribir las cosas de una manera más o menos distinta, como si fuera una propuesta literaria aparte. De hecho por acá comentamos hace un tiempito Carretera maldita (Roadwork), otra novela de Bachman, que sin ir más lejos se convirtió y sigue siendo una de mis libros favoritos de Stephen King, y eso que dicha novela no tiene nada de terrorífico o sobrenatural. Así que, con esos antecedentes, quería ver con qué nos sorprendía esta vez.
"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe
viernes, 6 de diciembre de 2024
Maleficio, de Stephen King
Maleficio es un intenso y retorcido thriller que juega y coquetea con los códigos (e imágenes y estética) del género del terror/horror que logra mantenerte nervioso y expectante a lo largo de sus 350 páginas, sin respiro ni altibajos, con una solidez y seguridad narrativa fenomenales, que es capaz de sorprenderte y tenerte en vilo hasta las mismísimas últimas palabras con un giro final de antología y realmente terrible (en el buen sentido), haciéndote pensar "demonios, no pensé realmente que fuera a ocurrir eso". Uno queda tan o más impactado que los mismos personajes, pues late la vena más despiadada, oscura e irónica de King.
Como buen thriller que es, debajo del conflicto que pone en movimiento los engranajes del relato hay una capa de dilemas morales y zonas grises cuyo valor radica en que no hay buenos o malos, héroes o villanos, tan sólo un puñado de personajes humanos imperfectos y desesperados a su modo. La premisa tiene su toque fantástico, pues el protagonista es un prominente abogado que tiene un maravilloso buen vivir (un excelente empleo bien pagado en una típica y tradicional ciudad/suburbio mayoritariamente blanco y de clase alta, con una familia perfectamente constituida) si bien, sin embargo, muy a su pesar comienza a perder peso de manera sostenida y acusada, y vaya que se nota dado que es un hombre gordo al que poco a poco se le empiezan a notar los huesos. Un curioso recuerdo asalta su mente al percatarse de sus pesares: un anciano gitano que un buen día se le acercó y, mientras susurraba thinner ("más delgado", por cierto el título original de este novela), le tocó el rostro con sus sucias y macilentas manos. Una maldición, eso tiene que ser ¿no? ¿Y cómo es que uno logra enfrentarse a una maldición gitana? He ahí la desesperada búsqueda que el protagonista emprende, una carrera contra el tiempo porque, bueno, si sigue adelgazando se muere, desaparece, con cero kilos uno se esfuma en el aire, y contra la lógica, pues también debe enfrentar un montón de miradas suspicaces y extrañadas de su tan peculiar hipótesis. Como dije, esta frenética y desesperada empresa no descuida el aspecto moral y psicológico de los personajes, de hecho ni siquiera descuida su mordaz y feroz retrato socio-político, además de importantes y vigentes reflexiones cuyo desolador efecto deriva de esa suerte de axioma de sobra conocido: la justicia no existe, o, dicho de otro modo, es realmente ciega, tan ciega que cualquier cosa puede suceder frente a sus ojos velados y nada.
Qué hay debajo de las apariencias, qué redes y chanchullos se entretejen entre los hombres de bien, qué clase de gente son esos gitanos medio estafadores y bastante sucios: un maleficio actuará como catalizador para que los personajes involucrados le echen una oscura y profunda mirada a la retorcida y sangrante naturaleza humana. No será un viaje bonito para nadie. Y King, además de la rotunda atmósfera de thriller bien narrado, también es capaz de transmitir el desconcierto y el desconsuelo que invade a los personajes, pues a fin de cuentas ellos son el verdadero núcleo de esta alocada pero no por ello menos seria historia.
En cualquier caso, una lectura sumamente entretenida.
La tradición republicana de todo préstamo a domicilio, ¡señor sí señor! Doce préstamos desde mediados del 2017, diez de esos préstamos en los años 2017, 2018 (el año de gloria) y 2019. Luego de eso, como es de esperar, mutis. Pobre libros me pregunto qué sentirán al no ser leídos por nadie... Sólo el 2023 hubo préstamo, luego el otro que somos nosotros este 2024, pero por lo demás, se confirma la tendencia: en los nuevos locos años veinte ya nadie lee. Así de tajante es mi lectura de los escasos e incompletos datos recopilados.
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