Biblioteca Nacional S10E01. ¡Nueva temporada en la B.N.P.D.! Continuamos leyendo a Stephen King y por fin podemos dar cierre a Skeleton Crew, el segundo volumen de cuentos publicado por el rey del terror, que en español se editó en tres volúmenes: La niebla (ya leído y comentado, tres relatos); Historias fantásticas (ya leído y comentado, trece relatos si mal no recuerdo); y ahora La expedición, que contiene los seis relatos que faltaban. Me gusta cuando las cosas encuentran su apropiado cierre. Por cierto, habemus nuevo campeón mundial de ajedrez. El retador Gukesh D. venció al campeón defensor, Ding Liren. Fue un combate bien entretenido y que se mantuvo expectante hasta el final, hasta el último juego. Me pregunto si el mejor jugador de todos los tiempos, Magnus Carlsen, el verdadero campeón (el que verdaderamente le da peso a esa palabra, la palabra "campeón"), tendrá ganas de volver a recuperar materialmente su trono. Sería divertido.
La expedición. Este cuento es ciencia ficción y contiene todo lo que hace de la literatura de King algo genial, entretenido y memorable: imaginación, fascinación, su toque de clasicismo y, por supuesto, un mal rollo enorme e impactante. Este cuento nos cuenta la historia de una familia que debe trasladarse a otro lugar debido al trabajo del padre, pero no van a viajar en avión o crucero: lo harán teletransportándose, tal como lo oyen (leen). Mientras están en la sala de espera, el padre les cuenta a los hijos la historia de tan grandiosa invención. La historia en sí es sumamente entretenida e interesante, pero luego viene un remate fenomenal, apoteósico y muy aterrador, realmente horroroso que te hace pensar "demonios, qué te estabas metiendo Steve-O". Ya saben como son las cosas: todo invento hecho por el hombre tiene su lado peligroso y, en fin, jugar con las leyes de la física tampoco es para tomarlo a la ligera, ahí se las dejo.
Superviviente. Intenso y brutal relato de supervivencia en el cual un médico de dudosa moral y reputación queda varado en una pequeña islita en medio del mar, haciendo todo lo posible para sobrevivir a todos los problemas que pueden surgir (hambre, cansancio, frío, etc.) hasta que alguien lo encuentre. A modo de diario y en primera persona, el médico nos cuenta cómo llegó ahí y más o menos cómo es que su vida se fue yendo al diablo debido a su singular personalidad. Desde luego, también nos cuenta todo lo que hace para sobrevivir, poniéndonos a prueba sobre cuál es el límite de lo que puede hacer y soportar una persona. No apto para estómagos sensibles.
Abuela. Muy entretenido y atmosférico relato que, en esencia, va sobre el miedo y cómo el miedo puede afectarnos y dominarnos de manera avasalladora y total, aunque también tiene un par de ases bajo la manga en relación a lo que en realidad está ocurriendo, que es algo que va más allá del miedo. Sin embargo, en lo concreto, este cuento es sobre un niño que debe quedarse solo con la abuela, una vieja ciega y gorda y senil que duerme todo el tiempo y cuando despierta lo hace vociferando enojada y sin importarle la tranquilidad del resto. Es la primera vez y no quiere, pues le tiene miedo a la abuela, ese ser grotesco y abominable, ominoso. Así las cosas, mientras el niño está, en efecto, solo en casa a cargo del cuidado de la abuela, el miedo lo hace imaginar toda clase de cosas, imaginación azuzada por recuerdos y acontecimientos pasados, frases oídas clandestinamente. Como el cuento se narra desde la perspectiva del atribulado muchacho, la atmósfera queda muy bien lograda, inquietante y extraña.
La balada del proyectil flexible. Aunque La expedición es una pequeña genialidad, debo decir que este cuento es el mejor del conjunto. Es de esas conocidas historias enmarcadas de King. Cinco personas relacionadas con el mundo de las letras (un escritor y su mujer; un agente y su mujer; un redactor separado y su botella de refresco) se juntan un día a comer y charlar bajo un manto de estrellas. Entre otras cosas hablan sobre el éxito y la locura, lo que hace que el redactor les cuente algo que le ocurrió hace tiempo: su propia relación con la locura y la locura de un genial escritor que acabó pegándose un tiro. ¿Qué lo llevó a eso? Eso es lo que nos relata, con lujo de detalles, y la suya es una historia interesante, fascinante y divertidamente extraña, alocada, e imagino que algo de eso sabrá King, alguien que luchó con demonios y fantasmas personales, alguien que ha confesado haber escrito libros enteros bajo el efecto del alcohol (y que no recuerda haber escrito tampoco), alguien que ha metido en el mismo cóctel literatura y locura, por lo que este cuento tiene una vibra latente muy visceral, muy cruda. Es obviamente intencionado (se evidencia dentro del mismo racconto del redactor): mezclar lo crudo con lo delirante e incluso gracioso: reírse de la caótica espiral de locura del personaje. Como sea, me pareció una genialidad. Uno de los imperdibles.
La balsa. Puede que este cuento tampoco sea el colmo de la originalidad pero eso lo compensa con una narración precisa y contundente. Es sobre cuatro amigos (dos tipos, dos tipas) que en una noche de borrachera deciden irse a un lago y nadar desnudos, aunque haya frío. Ya saben, cosas de estudiantes borrachos. La cosa es que en el lago hay una mancha negra acechando a los cuatro incautos jóvenes, y cuando se dan cuenta de su presencia, la tortuosa matanza da inicio y habrá que ver si alguno se las arregla para salir vivo de tan peculiar embrollo. Como digo, lo que no tiene en originalidad lo equilibra con ese estilo certero e incluso quirúrgico con que King relata tan angustiante situación. Se pasa bien leyéndolo.
Nona. Quizás sea el más débil de este conjunto, principalmente por ese giro o remate final que no resulta tan impactante ni sorprendente (ni original) como tuvo que haber sido, pero ajenos a eso, Nona es un cuento que me gustó mucho y cuya lectura disfruté porque en esencia trata de otras cosas: supongo que de verse hipnotizado. Nos cuenta la historia de un solitario y huérfano estudiante que huye de todo, y en esa huida, en un destartalado restaurante en mitad de la carretera, de esos lugares más hechos para camioneros y esa laya de gente, conoce a una hermosa y como angelical muchacha (si alguien adaptara este cuento la actriz perfecta sería Mikey Madison) que se convertirá en su compañera de viaje, un viaje hacia el fin de las cosas. Un viaje también que cuenta con una excelente y muy lograda atmósfera, en este caso fantasmagórica, irreal, como de encantamiento, que es lo que a mí me gustó. Entre medio hay flashbacks sobre su infancia, adolescencia y sus tiempos universitarios, escenas también bien logradas porque ya sabemos del talento de King para escribir sobre cosas mundanas y rutinarias, sobre la vida de a pie. Estas dos líneas confluyen en ese final que se comprende, sí, pero que no resulta muy sorprendente. Sin embargo, insisto, Nona me ha gustado por su encantamiento, por ser, en el fondo, sobre la locura, pero desde un punto de vista más entusiasta, si es que eso tiene sentido.
Como ven, seis relatos que me dejaron con excelente sabor de boca, algunos de ellos totalmente sobresalientes. Y es curioso y divertido, porque forma parte de un conjunto mayor, Skeleton Crew. Lo curioso, digo, es que puedo decir La expedición es un excelente conjunto, mientras que Historias fantásticas es un conjunto apenas regular, con cuentos muy buenos pero otros francamente rutinarios y olvidables e innecesarios, a la vez que La niebla también resulta ser un conjunto sólido y recomendable, como si fueran libros diferentes, sin embargo ¡en realidad son todos del mismo libro! ¿Habrá sido casualidad o calculado la división de cuentos en tres conjuntos? Como si alguien hubiera dicho "ya, dejemos los menos buenos en Historias fantásticas". Como sea, estamos listos con Skeleton Crew, lo cual, sépanlo, me alegra un montón.
Por último, debo comentar este párrafo que tienen acá abajo en la foto. Yo me siento igual. Me pasa. Termino de leer algo (ya sea llegando al final o teniendo que detener la lectura porque ya toca apagar la luz y dormir hacia un nuevo día) y de repente es cómo si estuviera "despierto", o despierto de otra forma, como si hubiera estado, en efecto, soñando las páginas. Y no es como si estuviera leyendo adormilado, por fortuna siempre leo con mis facultades a plenitud, pero es como si estar leyendo fuera, justamente, un encantamiento del que, al terminar, uno siente que es como si hubiera despertado en la mañana o en la tarde luego de una siesta. Al principio me daba una cierta culpabilidad porque me decía "estabas en otra, no estabas atento", pero luego me di cuenta de que es otra forma de estar despierto cuando se está concentrado leyendo un libro. ¿Les pasa a ustedes? ¿Se sienten diferentes leyendo que, por ejemplo, cocinando o andando en metro?
Como se ve, este ejemplar de La expedición llegó a los estantes de la B.N.P.D. en abril de este año nada más, lo cual explica que tenga tan sólo tres préstamos, el primero en septiembre, el que sigue en octubre y este el mío en noviembre. Un préstamo por mes, realmente buen promedio. Los animo a leer este volumen, es plenamente satisfactorio.
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