Entonces, ya leídos y devueltos los tres ejemplares pedidos a Bibliometro (y pedidos prestados otros cuantos más, je, je), seguimos con la lectura de los libros pedidos a la Biblioteca Nacional, en concreto seguimos con los cuentos de Clarice Lispector. Esta vez hablaremos de otra sección más, seremos breves (creo).
Lo que en primer lugar salta a la vista es que Lispector tiene un poco más de experiencia en esto de escribir, en esto de la literatura, y eso significa que el vital y expansivo entusiasmo visto en sus primeros cuentos, en esa escritura como jovial y desprejuiciada (y por lo mismo muy honesta, o auténtica), está algo más depurado o contenido en los cuentos recopilados en Lazos de familia, que fue publicado casi a fines de los '50 (los primeros fueron escritos y publicados en los primeros años de los '40), si bien varios de ellos habían visto la luz en revistas literarias un lustro antes. Esa energía literaria juvenil ha trocado en un estilo más consciente y estudiado de sus mecanismos y/o recursos, si bien los temas y las preocupaciones siguen presentes.
Desde luego, el interés de Lispector por retratar, explorar y describir el mundo femenino, la perspectiva interna y la cotidianidad externa, sigue siendo un tema capital. Este a su vez se mezcla, porque no podía ser de otra manera (es imposible que vayan separados: son consustanciales), con el carácter y el impulso iconoclasta y anárquico de la autora, que no sólo es meramente social o económico, también lo es filosóficamente, existencialmente, hasta espiritualmente. Lispector, iremos viendo, se pone cada vez más esotérica, lo que no le viene muy bien creo, pero ya llegaremos a eso en próximas entradas. De momento, estos cuentos son bastante legibles y, por lo demás, bastante buenos.
Devaneos y embriaguez de una muchacha, Amor, Imitación de una rosa, Preciosidad y El búfalo son como variaciones de sus primeros cuentos ejecutados con una pretendida mayor sofisticación formal. Con esa prosa aún elegante, sobria pero evocadora, sugestiva y algo onírica (como si la realidad fuese un sueño), las protagonistas de estos cinco cuentos son mujeres en manifiesto conflicto interno y con la realidad, intentando buscar un equilibrio entre su bienestar emocional y psicológico y todo cuanto las rodea, todo eso que es tan caótico y asqueroso y brutal, tan poco amable, tan impuesto. Que si hay que cumplir con el rol que dice la sociedad como madre y mujer, que si hay que comportarse de tal manera, que la vida es algo sencillo y bonito y que no puede ser más voluptuosa y placentera, etc... Algunos parecen ser tornados hechos en vasos de agua, para qué voy a mentir, pero no dejan de ser cuentos interesantes, por la conflictiva cosmovisión interna que vierte la autora, como por los motivos argumentales, en donde cualquier cosa puede suceder y uno, con real interés, quiere saber cómo resultarán los hechos.
El primero de los listados, como indica su título, narra en primera persona todas las cosas, a veces incoherentes y sin continuidad aparente, de una mujer borracha, que se lamenta de muchas cosas y que habla de esto y aquello como si nada. Me recuerda a una amiga que tenía que caía en el mismo trance ilógico y ridículo cuando bebía de más. En este cuento me surgió una teoría que iría confirmando a medida que iba leyendo más cuentos: esa sospecha fundada de que algunos no son más que una tormenta de ideas sin mucha revisión, engarzados sin ton ni son, pero que quedan así justificados por la premisa del cuento. Total, estando borrachos... El segundo, Amor, es sobre una mujer que lleva una vida equilibrada y plena como ama de casa, de verdad, pero que al volver de comprar comida, al ver a un ciego masticando chicle, toda su vida se pone patas arriba: se debate entre ese equilibrio alcanzado, en esa agradecida mansedumbre vital como piadosa protectora de los débiles, o en disfrutar la vida por y para ella, lanzarse a ese infierno de placentera soledad. Imitación de una rosa es un cuento que me gustó, algo más directo al grano pero que versa sobre lo mismo: una mujer, ahora "sana", tachada de muy nerviosa y ansiosa por su marido y amigos, que para lucir orgullosa su recuperación debe prepararse para salir con su marido y amigos, aunque en el proceso, su mente irá cayendo de nuevo en ese "problema", que según yo no es otro que el problema de disfrutar la belleza de las cosas, del mundo, y cómo la contemplación de esa belleza es una actividad irreconciliable con la vida en sociedad. Preciosidad es sobre una niña que lleva una vida bien disciplinada y que no le gusta que la miren, porque al mirarla ella se verá reflejada en los ojos y verá su belleza/fealdad y esas cosas. Es otro caso de una protagonista con una lucha interna de proporciones siderales, aunque no deja de tener sentido y las reflexiones de la muchacha son bastante interesantes. Curiosa ambivalencia la de este cuento. El búfalo es sobre una despechada que va al zoológico a descargar su odio, va buscando odio para castigarse por ese amor no correspondido. No es la gran cosa pero tiene su aquel.
Los demás cuentos varían en temática y escritura, ya menos vanamente "místicos" en su estilo, incluso bien irónicos e imaginativos, algunos bastante económicos en medios y palabras, como si Lispector quisiera sacar a su Borges interior, para narrar lo importante, lo medular, y no regodearse en palabras vanas y vacuas. Aunque, en el fondo, tratan los mismos aspectos (preocupaciones sociales, personales, filosóficas), pero de una forma más amable y cotidiana, lo cual se agradece. Algunos son un verdadero placer de lectura. En orden (descontando los otros, y comentando los que valen la pena):
Una gallina es sobre una gallina que escapa a su destino de ser comida, aunque mucha cuenta no se da de esa nueva libertad. Para mí es como una parábola sobre las personas, sobre lo fatal y caprichoso del destino y lo elusivo e ingrato del concepto de libertad. Puede que a la autora también le gusten las gallinas, criaturas que aparecen en varios otros cuentos.
Feliz cumpleaños. La anciana matriarca de una amplia familia cumple años. Sólo diré que es como una sátira social, bien graciosa, sobre lo falso e impostado que pueden ser estas ceremonias, lo falso e impostado que pueden ser los lazos familiares, como un vil compromiso que pocos están preparados para cumplir. Ahora bien, conociendo a Lispector, ¿que es peor para ella?: ¿esa imposición social de la "familia", como una terrible condena del destino, o que haya personas que no puedan cumplir honesta y genuinamente con esa labor que nos da Dios?
La mujer más pequeña del mundo. Deliciosa miniatura sobre el hallazgo de una aborigen africana muy pequeña, y las distintas reacciones que genera este descubrimiento.
Los lazos de familia. También, otro delicioso cuento sobre un día en la vida de un joven matrimonio y su hijo. Lo que hay oculto, lo que se hace por encima.
Misterio en Sao Cristovao. Seductor y sugerente cuento sobre lo que sucede una noche, algo muy real pero extrañamente mágico.
El crimen del profesor de matemáticas. Sobre un profesor que abandona a un perro y se lamenta mucho por eso. Es un buen cuento pero que igual tiene eso de hacer un tornado en un vaso de agua, de personajes que se lamentan hasta el hartazgo por cosas que sólo ellos ven mientras el mundo a su alrededor sigue girando sin problemas.
La cosa se irá complicando en cuentos posteriores, pero ya estamos metidos en esto, así que a darle...
Y bueno, ¿no que sería breve? Las pelotas...
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