"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

domingo, 16 de junio de 2024

It, de Stephen King


Como decía, en mi préstamo inaugural de Bibliometro pedí tres libros: Ruido, de Bisama, y Los intramarchas, de Josefa Barraza, ambos ya comentados. El tercer libro que pedí en ese lote es, ni más ni menos, It (o Eso), de Stephen King. Un libro de 1500 páginas, que ha dado paso a dos adaptaciones: una miniserie de los noventa, de la cual yo oía muchas cosas de mis compañeros de colegio (a mí no me dejaban ver tele hasta tarde, mucho menos algo tan violento), como que era lo más terrorífico que se podría ver; y las dos películas a cargo del argentino Andrés Muschietti. La verdad es que me dieron ganas de leer It mientras leía Nuestra parte de noche, de Mariana Enríquez; algo me decía que ciertos elementos importantes de la novela argentina tenían inspiración directa en este libro en particular que les comento ahora (por no decir de la literatura de King en general), por ejemplo el segmento protagonizado por niños y sus sombrías aventuras en los violentos mundos de los adultos de carne y hueso y de los espíritus y otras criaturas sobrenaturales. La cosa mala de las casas solas, una genialidad en sí misma. Adentrarse en casas malignas, uf. Pero bueno, el anzuelo estaba clavado en mí, por lo que me puse a buscar y, shazam!, It estaba en Bibliometro. Démosle.


Cómo comentar un libro de 1500 páginas. Complejo. Personalmente, no quiero alargarme en esta entrada. Bueno, no más de la cuenta, no más de lo habitual, ya me conocen: suelo largar la lengua sus buenos kilómetros. Pero vamos.
It es la historia de un grupo de niños convertidos en un grupo de adultos. It es la historia de una entidad malévola. It es la historia de una ciudad, Derry, y la maldad que alberga en sus entrañas. Alternando y entrelazando pasado y presente (de una manera muy deliciosa, como ríos que naturalmente confluyen), es decir la infancia de los Perdedores (en 1958, cuando tenían unos diez años) en su ciudad natal, y la mediana adultez, a mitad de los ochenta, ya establecidas sus vidas en diferentes puntos de Estados Unidos, con el velo del olvido cubriendo aquel ingrato pasado. Una mirada superficial e ignorante puede pensar que estamos ante una novela de terror al uso, con ese payaso asesino atormentando sádicamente a estos niños (y a otros) en truculentas escenas de sobresaltos y sustos escritos. Hay de eso; bastante terrorífico en las primeras ocasiones (amén de la pluma, sobria y cruenta, elegante para ir al hueso, de King), algo rutinario cuando avanza el relato y nos acostumbramos a las triquiñuelas de Eso. Y claro, la novela va, en cierta forma, sobre intentar vencer a esta entidad malévola. Pero... ¿1500 páginas para matar a un payaso? Tiene que haber algo más. Y lo hay. Cómo vencer al payaso, es la pregunta, es lo esencial y el núcleo de esta obra, donde reside su calidad. No vamos a revelar nada importante diciendo que Eso es una suerte de representación de los miedos humanos, o que se vale de las representaciones materiales de esos miedos. ¿Qué es el miedo? ¿Su representación material? ¿Un payaso da miedo de por sí, o el miedo es un parásito que cambia de huésped variablemente? He ahí una de las más importantes reflexiones de esta novela, la naturaleza del miedo... y de la magia y de la fe, el miedo puede ser la otra cara de la moneda de la esperanza: el miedo es tan irreal e imaginado como un deseo, como un sueño, como una placentera fantasía.
También está presenta la maldad y la violencia. Eso es muy malo, pero por qué lo es, esa es la cuestión. Si Eso es una representación de los miedos, podría decirse que también es una representación de la maldad y de la violencia humanas (léase como interrogante, léase como afirmación). Todos los actos crueles y atroces que leemos, ¿fueron influencia de Eso sobre las personas? ¿Es cosa de decir que "se me metió el diablo al cuerpo" y listo, eximido de culpas y responsabilidades? Pienso que King hace lo contrario, que Eso y el miedo/la maldad se invocan y necesitan y alimentan mutuamente: el miedo que hace crecer el miedo, la violencia que hace crecer la violencia. Entonces cómo romper el poder, el encantamiento; cómo desencajar esa simbiosis entre lo humano y lo maligno.

Todo lo anterior reflejado en una trama que no sólo abarca los veinticinco años que separan ambas líneas temporales, también toda la historia de Derry, desde su fundación e incluso antes. Francamente, a mí lo que más me interesaba mientras leía era el aspecto más humano de este lío: los problemas con los matones cuando eran niños (me dio más miedo y terror el enfrentamiento apocalíptico a pedradas que la expedición a la casa del "leproso", por ejemplo), los problemas familiares (violencia, apatía, posesión, manipulación emocional), esa cotidianidad maravillosa manchada de miedo y maldad por culpa de... tus semejantes. De los adultos, la reflexión sobre los traumas, sobre el peso del pasado trazando dolorosos surcos en los corazones viejos, como una maldición que va afectando inconscientemente cada decisión mientras vamos creciendo y, luego de crecer, envejecer. El miedo de enfrentarse a los miedos de infancia; peor, el miedo de enfrentarse a los traumas de infancia y adolescencia. Y todas las historias que marcan con fuego y sangre, y muerte y dolor, la historia de Derry: el racismo, la corrupción, la depravación sexual, los asesinatos, los abusos, todo lo que una ciudad alberga subyacentemente a sus calles limpias y magníficos edificios. Pero claro, todo esto tiene su símil sobrenatural, Eso, a lo que hay que enfrentarse literal y metafóricamente, porque Eso es una entidad independiente pero a la vez la representación de lo peor del ser humano. Y no se puede vencer a la maldad absoluta sin antes vencerse a uno mismo, y quizás de eso va el libro, quizás ese sea su motor narrativo y dramático y la razón de que se estructure y articule de la manera en que lo hace: enfrentando el trauma primero como un fantasma borroso, luego como algo concreto y de contornos definidos. ¿Qué quiero decir? Que la historia de los niños perdedores se va revelando a medida que los adultos perdedores, bajo el influjo del olvido (de verdad no recuerdan nada), se van acercando al núcleo mismo de sus miedos y traumas, en Derry, enfrentando presente y pasado a la vez, recordando el horror. No se puede enfrentar lo que no se ve, lo que no se sabe: el conocimiento puede ser tortuoso.

Y a pesar de lo rutinario que se vuelve el Payaso con sus trucos, y que cada vez se pone más, por decirlo de alguna manera, ido de olla (el enfrentamiento final no me pareció tan impresionante la verdad, a pesar de ser tan... gigantesco, abismal), la construcción de personajes, lugares y mitologías internas de parte de King es tan detallada y compleja que uno se encariña y quiere saber cómo termina, quiere llegar al final de la parte figurativa de este enfrentamiento, esencialmente, abstracto y simbólico. O introspectivo. Pero se entiende la intención: el miedo no se supera matando solamente lo que "provoca" miedo; y el miedo de por sí no desaparece por sí solo; hay que, de alguna manera, astros alineados incluso, matar ambos elementos a la vez. Lo mismo con la violencia y todas sus ramificaciones, pero eso ya es más complejo aún, tristemente...

Dicho esto, It me parece una excelente novela, escrita con la prosa maestra de Stephen King, que se maneja con solvencia y calidad en todos los recursos literarios que puedan pensar. Son 1500 páginas, pero si, como yo, no tienen mucho que hacer, se pueden leer bastante rápido gracias a esa escritura tan crudamente elegante. Atrévanse, y luego me cuentan cómo demonios se habla de una novela de 1500 páginas, ja, ja, porque yo todavía no lo sé...

Parar finalizar, la tradición republicana de todo préstamo: revisar la tarjeta de devoluciones. Si bien este ejemplar me pareció que no estaba nuevo (puede que los lectores previos no fueran del todo cuidadosos), aunque tampoco es que estuviera a mal traer, lo cierto es que yo solamente soy el cuarto hijo de puta que ha pedido este libro, que comenzó a prestarse nada más este año. Casi un préstamo por mes, lo cual no es de extrañar, dada su colosal extensión. ¿Se atreverán nuevos usuarios de Bibliometro? ¿O estarán mirando a huevo la literatura del maestro del terror?

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