"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

martes, 11 de agosto de 2015

Por qué no


Otro cómic de Frank Miller, éste un poco mejor que "Hard Boiled", aunque completamente distinto en tantos aspectos que las consideraciones sobre cuál es mejor o peor son del todo inútiles. La similitud viene de la mano de los ideales de Miller, nuevamente con un potente mensaje que se fortalece entre viñeta y viñeta, y que encuentra en la última página la última pieza del rompecabezas: sé tú mismo, la libertad es elegir qué quieres hacer y ser, etc. Nada del otro mundo. No me ha gustado del todo, o mejor dicho no me ha parecido una historia memorable, pero como tiene un número de duración, al menos hay un cierto equilibrio entre fondo/sustancia-cantidad/duración. El fuerte no es necesariamente el subversivo mensaje final, sino la estructura del relato, que mezcla con eficacia la desorientación de "Memento" y la repetición de "Source Code" o la más reciente "The edge of tomorrow". La cosa trata de un niño, que es muy malo (fuma, dice groserías, tiene malos pensamientos, causa caos), que se encuentra huyendo de unos robots que le dicen "esto es por tu bien", "nosotros te vamos a ayudar", "queremos lo mejor para ti" (para que se imaginen por donde van los tiros), y que luego ve que unos robots conservadores quieren extirparle la maldad y las malas costumbres para que eventualmente nadie tenga las dichosas cualidades y la vida sea un santuario del bien, a todo esto extirpación que es conductual (lavado de cerebro) y no física. Entre huidas y recuerdos y mentiras, el chico descubrirá la verdad, y sus aventuras nos dirán lo dicho al inicio: que la vida no se controla, etc. Entretiene, eso es lo mejor, el sentido del humor, sobre todo lo del padre llorón. En fin, eso es todo amigos.

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