"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe
domingo, 27 de septiembre de 2015
Segundas lecturas (1/2)
En este inminente mes de octubre se estrenarán varias nuevas temporadas de series que el año pasado vi: The Knick, The Walking Dead, Fargo, The Leftovers... La de zombis no es necesario verla más de una vez, ni siquiera el primer visionado es suficiente, así que la dejaremos fuera de todo esto. Las que sí he visto de nuevo son las otras tres... bueno, en realidad, de momento, he revisionado Fargo y The Knick, para refrescar la memoria de cara a sus nuevas temporadas. ¿El segundo visionado las mejora o las empeora?
De "Fargo" no quiero decir mucho, salvo que no he quedado tan encantado como la primera vez, de hecho, no me he sentido satisfecho. Esta vez siento que "Fargo" es una serie extrañamente impostada, de atmósfera demasiado consciente de sí misma y su referente, ajustando todo movimiento argumental con su respectiva ejecución formal a ese gélido humor negro que le queda mejor a los Coen. Por lo demás, esa pretendida sublimidad bíblica, esa mitológica animal y ese aparente descreimiento de sus personajes no fluye como debería: la trama, por lo mismo, carece de ritmo y parece estancarse debido a la frialdad de su ser. El protagonista ya no me parece gran cosa, hasta el gran Billy Bob Thornton parece desaprovechado, aunque no mintamos, su personaje es una bestia. Como sea, los fanáticos de la tele siempre defenderán a muerte esta serie, de paso atacarán la de los Coen pare señalar que la tele es mejor que el cine, y en fin... Espero que la segunda temporada mejore, pero...
De "The Knick" no diré nada nuevo salvo que es una puta genialidad, una obra maestra de la tele: sangrienta, violenta, depravada, extrema, metódica, bien pensada, espectacular, memorable, impregnada del espíritu de su protagonista, un magnífico Clive Owen con su anárquico John Thackery. Sólo un par de cosas: me encanta la relación que tiene Thackery con la enfermera Elkins, esa devoción es envidiable; y me da pena la rabia que siente el doctor Chickering Jr. al final de la temporada: ver a alguien tan tierno como él enfurecido y decepcionado de verdad es desolador. Esta segunda temporada promete aún más locura, así que ¡ALLÁ VAMOS!
De "The leftovers" no diré nada por el momento pues no la he terminado por segunda vez. Cuando lo haga hablaré. Hasta entonces...
viernes, 18 de septiembre de 2015
Las esposas muertas y el camino de la violencia
¡Atención, atención! ¡Hay spoilers, spoilers por todos lados! ¡No puede ser!
Siempre es genial descubrir autores con sus respectivas inquietudes, aunque bien podrían haber inconvenientes si el autor en cuestión es demasiado complaciente con sus ideas y mecanismos propios. Lo peor que le podría pasar a un autor es no reinventarse, reiterar una y otra vez para acabar siendo una copia de sí mismo, más o menos como el insufrible pequeño Wes. Hay otros autores, y no los voy a listar, que saben mantenerse fieles a sí mismos pero variando de historias, géneros y narrativa. Menciono lo de los inconvenientes a raíz de Kurt Sutter, creador de "Sons of anarchy" y guionista de la reciente y fallida "Southpaw", quien ha estrenado nada más hace un par de días la serie "The bastard executioner". Mientras veía los dos primeros episodios (fueron transmitidos como un solo gran episodio), me era inevitable adivinar qué iba a pasar en qué momento, qué roles iban a cambiar y a caer. La serie trata sobre un caballero inglés que tras ser traicionado y derrotado en batalla, a punto de morir tiene una visión de una niña que le dice que abandone la espada y se dedique a vivir como un hombre diferente. Así, años más tarde, el hombre tiene una esposa embarazada y vive de manera tranquila siendo un granjero o qué sé yo, tranquilidad alterada por unos rebeldes al Barón que lo quieren en sus filas. No me voy a dedicar a destripar los dos primeros episodios, pero digamos que acerté en tres de tres clarividencias. ¿La que les vengo a decir? Pues la más obvia conociendo la obra previa de Sutter: la muerte de la esposa. Resulta que el hombre se une a los rebeldes y el Barón, como una dudosa lección, va y mata a todos los de la aldea, incluyendo la esposa. Ahora bien, este hecho es de suma importancia, pues ya lo hemos visto en las dos obras citadas:
En "Southpaw" el protagonista es Billy Hope, un vulgar y violento y maleducado boxeador cuyo gran pilar es su esposa, que por desgracia muere a raíz de disputas entre boxeadores.
En "Sons of anarchy" el protagonista es Jax Teller, un motero joven que no quiere la violencia como medio de solución pero que con cada temporada se mete de lleno en una espiral de violencia mayor, con una de las peores consecuencias siendo la muerte de su esposa y madre de dos hijos Tara, nada más y nada menos que a manos de la madre de Jax, Gemma.
Repitiendo, en "The bastard executioner" el protagonista es un caballero inglés que atormentado por propias culpas y visiones deja la espada para vivir tranquilamente con su esposa embarazada, solo que ésta es asesinada.
La figura de la bella y la bestia es común: el hombre duro que necesita una mujer para vivir, en el fondo una mujer que sea más fuerte que el hombre, pero no en la fuerza sino en la integridad. ¿Qué pasa cuando el hombre pierde ese pilar?
Jax, luego de ver a Tara muerta, decide tomar el camino de la venganza, y qué venganza. La séptima temporada es muerte tras muerte, masacre tras masacre. Jax no deja a nadie vivo, ni siquiera a su madre, sin embargo, el tipo decide matarse porque no quiere que su violenta y sangrienta figura le sea inculcada a sus hijos. Es un hombre que fue vencido por el monstruo en su interior.
Billy Hope, luego de la muerte de su esposa, decide cometer venganza pero rápidamente se da cuenta de que no puede hacer tal cosa, de que no lo hará sentir mejor ni lo hará mejor persona. Así, decide recuperarse y cambiar su estilo de vida y de pelea, pasando de la vulgar y morbosa violencia al boxeo casi como filosofía y expresión espiritual. Un camino completamente distinto al de Jax, quedando claro al final cuando el hombre queda no solo vivo sino que campeón, nada menos que frente al hombre responsable por la muerte de la esposa.
El protagonista de "The bastard executioner" decide el camino de la venganza nuevamente con la espada en la mano, solo que una equivocada: el que mató a la esposa no es quien finalmente termina muerto a manos del protagonista y los suyos, a pesar de que éste piensa que ya ha saldado su sed de venganza. De todas formas, la pesadilla no termina ahí, pues la visión sigue intacta: "deja la espada, vive la vida de un hombre diferente". El protagonista, ya sin su antiguo nombre, ahora comienza su nueva vida como El verdugo nómada, la vida que tomó para sí. Pero es obvio que la venganza fallida saldrá a la luz y el protagonista vestirá de nuevo su vieja piel y su vieja espada, aunque ¿lo hará? Acá Sutter nos dirá si cree en la melosa moralina de "Southpaw" o en el brutal nihilismo de "Sons of anarchy", pero lo cierto es que en cierta forma el protagonista ya ha perdido, pues tendrá cosas de las que arrepentirse, a diferencia de Billy Hope.
Sutter no cree en la venganza, aborrece la violencia, le quita el glamour. Pero le fascina lo terrible que resulta ser dejarse llevar por el ansia de violencia justiciera.
A propósito, los dos primeros episodios de "The bastard executioner" funcionan como una notable introducción al verdadero conflicto que veremos a lo largo de los restantes episodios, y todos los datos entregados no son realmente spoilers. La serie me ha gustado, aunque es un poco raro lo de las visiones y ese dragón que surge de las heridas de un soldado muerto (con efectos especiales de dudosa categoría), lo que podría desembocar en un peligroso intento de trascendencia y misticismo. Con todo, me ha gustado, no puedo argumentar mejor ahora mismo. Lo mejor es Stephen Moyer, el vampiro Bill de "True Blood", sin duda alguna... Les recomiendo esta serie, no pierden nada.
miércoles, 16 de septiembre de 2015
Apariencias sí, apariencias no...
En la piscina a la que voy a nadar hay dos posibilidades para dejar nuestros objetos, la primera y más fácil (entre comillas) son los casilleros que están dentro del camarín, la segunda y más complicada para los introvertidos, un pequeño espacio ubicado justo enfrente del camarín masculino, sin apenas separación más que una puerta semitransparente por la que la señorita de turno puede ver cuantos penes y traseros quiera. Antes yo utilizaba el primer método, pues las señoritas de turno siempre han sido unas pesadas mala onda; por desgracia, en algún punto la administración de la piscina decidió complicar lo de los casilleros mediante trámites y trámites que no tienen ningún puto sentido y que no viene al caso explicar. Así, sale más fácil y rápido recurrir al espacio donde la señorita de turno guarda y vigila nuestras cosas de dios sabe qué. Hace un tiempo el puesto de señorita de turno fue ocupado por una joven bastante simpática, no particularmente atractiva o de mi gusto, pero simpática y agradable, quizás demasiado, dedicándote sonrisas y miradas bastante peculiares. Yo me hacía el tonto porque, como dije, más allá de su simpatía la chica no me interesa. Con el tiempo me imagino que la chica acusó el desinterés y ahora ya no veo esas miradas ni sonrisas, sino una fría indiferencia que, admito, hiela la piel en ocasiones, y eso que no me importa...
Traigo a esto a colación por el libro "Las apariencias no engañan" de Juan Madrid, segunda aventura de Toni Romano, en la que su protagonista, un completo desconsiderado con su bellamente descrita novia Lidia, debido a su falta de tacto y cuidado romántico (prefiere reunirse con criminales y demás antes que tomar un par de tragos con la pobre Lidia), al final del libro piensa "mierda, debí haber sido más cuidadoso con nuestra relación". Luego de tanta ausencia emocional, el hombre la va a visitar a su trabajo y en estas líneas expresa su pesar, para mí de lo mejor de la novela: "...me pareció más bella que nunca, pero apenas si me miró. Contestó distraída a mis preguntas, como sólo lo pueden hacer las mujeres cuando ya no les interesa un hombre". A Toni Romano sí que la importa, ¿eh? Más allá de si uno esté dolido por tal o cual rechazo, si lo pensamos bien, ¿no les parece terrible eso, pasar de algo importante a un objeto a ignorar?
Sobre la novela, no hay mucho que decir: es un policial, novela negra, etc., que trata sobre el mencionado Toni Romano, que trabaja como guardia en una especie de bar bailable y que un buen día recibe una paliza de unos clientes muy molestosos. Los clientes son unos criminales de cuidado, y resulta que tienen que ver con el asesinato que poco tiempo después Toni Romano presencia. Así, se arma un misterio y un puzzle de criminales y policías en torno al asesinato de un diputado o algo así, y el protagonista tendrá que encontrar respuestas y soluciones, si bien no es su principal labor, aunque su pasado como policía bueno le empuja a ello. La prosa es directa y seca, nada de reflexiones o intentos de poesía, simplemente describiendo el lugar, qué se dice y qué sucede. La trama no me parece nada del otro mundo pero está hilada de manera presentable y la lectura es rápida, no tanto por lo apasionante que resulta sino porque uno quiere terminar luego. No son grandes personajes, no hay grandes cosas en juego, no hay una atmósfera opresiva ni tampoco construcción de un lugar, pero oigan, ¿acaso importa? Mientras no nos engañemos...
martes, 1 de septiembre de 2015
Amanece que no es poco
Diez amigos están en la casona de la familia de uno de ellos (que se encuentra en una inmensa montaña comprada por la familia, y que almacena controvertida y violenta historia) pasándola bien y demás. Tres de ellos son hermanos: dos gemelas y un sujeto, el mayor. Una de las gemelas está enamorada del chico sexy del grupo, aunque éste está de novio con otra tipa. Todos lo saben, y se aprovechan de eso para hacerle una broma, bastante cruel y de mal gusto, pero es que así son "los amigos". La cosa sale mal, y de la humillación la gemela sale corriendo hacia las montañas. Su hermana, que no estaba presente al momento de la broma, corre tras ella. Ambas mueren.
Pasa un año y resulta que nadie sabe que han muerto, sólo piensan que están desaparecidas. El hermano de las chicas, consciente de que los otros amigos gastaron la broma que desencadenó todo, invita a esa misma gente a pasar unos días a esa misma casona para conmemorar a sus hermanas, pues eso es lo que ellas hubieran querido. Llegan los amigos, ocho en total contando al hermano con un curioso sentido de la conmemoración, y las cosas comienzan de inmediato a salir mal: cosas violentas, desapariciones, un psicópata que anda suelto, etc.
Ésta es la premisa de "Until dawn", juego de PS4 que me llamó la atención y que seguí a través de los videos de un youtuber llamado Theradbrad y del más conocido Pewdiepie. La gracia del juego es que se adapta a tus decisiones, por eso decidí ver el juego de ambos, cuyo criterio deja mucho que desear ya que según ellos están ante uno de los grandes juegos de la nueva generación, sobre todo gracias a su magnífica historia. Y no sólo ellos lo dicen, sino que también otros sitios especializados que alabaron el guión de este juego que sigue las lógicas del slasher, aunque no uno de los buenos. Sé que una cosa es jugarlo y otra verlo, pero obviando ese detalle diré que "Until dawn" no me ha gustado, partiendo por su guión, que está lejos de ser magnífico y genial. Para empezar analicen bien los dos primeros párrafos: hermanas "desaparecidas" por culpa de malos amigos, un hermano que los reúne a todos para "conmemorar" a sus hermanas, las cosas comienzan a salir mal por culpa de un psicópata... ¿no parece obvio? No hay que ser un genio para notar por dónde van los tiros. De hecho el mismo hermano le dice a uno de sus amigos que para conquistar a la chica que le gusta, deberían vivir cosas traumatizantes para reafirmar el amor y dar el paso definitivo... Vamos, el tipo está gritando por los codos lo que va a hacer.
Otra cosa alabada fue que entre medio hay sesiones con un psicólogo que te hace preguntas sobre tus miedos y demás, para configurar tus respuestas a algunos elementos de la jugabilidad. Salta de inmediato el hecho de a quién le está dirigiendo las preguntas el doctor éste, pues está claro que el "yo" no es el jugador, sino un personaje. ¿Y qué personaje? Mmm... ¿el asesino? ¡Bravo! ¡Ding, ding, ding!, ¡traigan el premio mayor, machos!
Aparte de esto también hay dos elementos más que complican a nuestros inocentes chicos: un señor misterioso que clama que las montañas son de él por cosas ancestrales, y unas criaturas mutantes que matan y matan. Theradbrad dijo que "Until dawn" es una mezcla de "Heavy Rain", "The descent" y "The cabin in the woods". Pewdiepie, a pesar de estar encantado con el juego, se reía de los mecanismos para infundir miedo, reducidos a vanos jumpscares predecibles. Él mismo decía "acá se viene uno" y ¡zas! La atmósfera no es tal, no da miedo, palabras de Pewdiepie. ¿Qué más? Oh, sí, y esto tiene que ver con spoilers: resulta que una de las hermanas no se murió pero no vivió mucho más porque se transformó en una de esas bestias. Y es cuanto menos curioso que si a lo largo del juego todos los personajes pasean, como pedro por su casa, por la casona, los bosques, las minas abandonadas, los sanatorios mentales abandonados, las minas de nuevo, el sanatorio de nuevo..., sin perderse ni nada por el estilo, la chica no haya sido encontrada o ella misma haya encontrado una salida. No tiene lógica, si hasta los personajes llegan al punto exacto en dónde ella se perdió y luego vuelven a la casona como si nada.
En fin, no importa mucho esto viniendo de alguien sin PS4 ni el juego. Yo me compraría el juego de Mad Max que salió hoy, pero como digo, no tengo PS4. "Until dawn" es pura cháchara, pero oigan, quién soy yo para interferir con sus vidas. Lo única que valía la pena era el personaje llamado Jessica, un verdadero bombón...
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