Bibliometro #119. Dentro del mismo artículo del que les hablé en Kim Ji-young, nacida en 1982, el artículo sobre el nuevo boom de la literatura coreana en Chile, se menciona también Hierba, novela gráfica de Keum Suk Gendry-Kim, así que la busqué y miren por dónde, también está en Bibliometro, que no deja de sorprenderme, la verdad es que es todo un lujo, hace rato que lo tengo claro pero siempre es bueno ponerlo por escrito de vez en cuando, sobre todo cuando te sorprende, cuando te dice "¿creías que no tenía dichos libros?, ¡TOMA!, llevátelo pa' la casa y piensátelo dos veces antes de venir a dudar de mí, ¿querí cabrito?". Un lujo, en efecto. Dios bendiga a Bibliometro.
Como curiosidad, antes de que lo olvide, tanto Hierba como Kim Ji-young... están traducidas al español por Joo Hasun, que al parecer es una traductora, aunque no he podido encontrar información sobre ella en internet, pero quizás no sea descabellado pensar que, de encontrar otros libros coreanos en español (quizás los de Han Kang, no lo sé, si es que llegan a estar disponibles... quizás cuando anuncien el nuevo Nobel de literatura la suelten y el fervor se traslade al nuevo premiado), veamos su firma en la traducción. Tiempo al tiempo. Ahora bien...
Hierba es de esas obras que destacan más por el contenido, por el poderío e impacto dramáticos de sus personajes y acontecimientos, que por el tratamiento narrativo. Es raro, es curioso, pero es así. ¿Recuerdan aquel documental que causó sensación hace una década o más, "Finding Vivian Maier"? Es un documental cuya historia es muy interesante, pues trata sobre una mujer absolutamente desconocida, la Vivian Maier del título, quien, si recuerdo bien, era una extranjera europea que en Estados Unidos se dedicó a trabajar como nana para familias acomodadas, y que como hobby, en sus ratos libres, tomaba fotografías, aunque dichas fotografías eran excelentes, bellísimas, hechas por un ojo profesional, o mejor dicho, por un ojo realmente artístico, no por un mero aficionado. ¿Cómo es que una fotógrafa dotada con una sensibilidad estética tan exquisita pudo vivir y morir en las sombras, sin ser debidamente apreciada? Una historia fascinante, sin duda, pero el documental es de lo más normalito, solvente pero terriblemente convencional, apenas un reportaje televisivo típico de los domingos por la tarde, una simple concatenación de informaciones y cabezas parlantes dando su opinión sobre la ignota obra de Maier. Para peor, el director, el que por casualidad se encontró con el montón de cajas que contenían las olvidadas fotos de Maier, creyéndose Werner Herzog para sus cosas, se da importancia dramática y se eleva como protagonista, como si el realizador fuera parte esencial del tema del documental, de ahí el Finding del título, como si la hazaña fuera suya, como si Vivian Maier existiera gracias a él: mírenme, yo aquí yo allá, etc. Hierba, para mi consternación, es un caso similar, pero, por suerte, no al mismo nivel.
Es una novela gráfica que resulta estremecedora, sin duda, bellísima a su modo y también dolorosa. Trata sobre mujeres esclavizadas sexualmente por los japoneses durante los años de la Guerra sino-japonesa y luego la Segunda Guerra Mundial. Mujeres mantenidas como bestias en condiciones infrahumanas, hambrientas, apaleadas, sucias, y violadas. Hierba es la historia de una de esas mujeres, la historia de su vida, marcada por tal devastación: desde que era una niña que deseaba con toda su alma ir al colegio (pero que no podía porque era pobre, porque en su casa apenas había para comer, porque solamente su hermano mayor podía educarse, escolarizarse) pero que debía ayudar a su madre a cuidar de sus hermanas y trabajar en los mercados de la aldea, hasta que es una viejecita que reside en un hogar destinado a las víctimas de dicha esclavitud sexual y que se convierte en una activista por los derechos humanos propios y de otras. Su historia, desde luego, no puede dejar indiferente, y en cuanto a la calidad gráfica, la autora, Keum Suk Gendry-Kim, nos obsequia, como podrán ver, con imágenes preciosas que, no por ser sencillas y algo minimalistas en sus trazos, carecen de una profunda y compleja expresividad, y no hablo necesariamente de sus escenas más violentas y terribles, me refiero a cómo es capaz de dibujar el viento, el movimiento de las hojas, de los cuerpos, de los rostros, de darles una honda dimensión sin ser realista ni nada similar. Lo que no me convence del todo es la narración misma, partiendo por el hecho de esa curiosa necesidad de algunos autores de insertarse en el relato, en este caso la autora entrevistando a la protagonista en su residencia, entrevista de la cual van surgiendo los raccontos al pasado, un ejercicio de reconstrucción histórico-personal desde el presente, y también otras escenas en donde la autora nos cuenta los desafíos, principalmente logísticos y de horarios, para conocer más la historia de Ok-Sun, como por ejemplo que se compró un auto para ir a visitarla más cómodamente, que tenía mucho trabajo y podía pasar tiempo sin visitarla ni trabajar en la novela gráfica sobre ella, ya ¿y qué?, ¿se imaginan a todos los autores mostrando cuán difícil fue documentarse sobre tal o cual cosa en los biopics que hacen? Voy a hacer un cómic de Pablo Neruda o Gabriela Mistral, dediquemos una buena porción a mí mismo yendo a la Biblioteca Nacional o a archivos especializados, escenas mías leyendo cartas o manuscritos inéditos, y la infaltable narración al estilo "nunca pensé que me sentiría tan identificado con la vida de Neruda/Mistral" o "he aprendido a conocer partes de sus personas que nunca pensé que llegaría a conocer" o "la documentación encontrada me ha hecho llevar la obra en direcciones inesperadas y desafiantes". Para qué, digo yo.
Por esto, Hierba destaca mucho más cuando es una historia "independiente" (por decirlo de algún modo), cuando se olvida un poco de que es una rememoración o una historia "sobre tal tema" y es, simplemente, la historia de una vida humana, de esa niña que quería ir al colegio y no podía, que debido a la miseria en que vivía fue tristemente empujada cada vez más a terribles experiencias a medida que crecía en cruciales y convulsos tiempos históricos. También me parece una decisión algo cuestionable el que, una vez "pasado lo peor", la narración casi parece desinteresarse de la vida posterior de la protagonista, fragmentando la narración en descuidadas elipsis narrativas, apenas adentrándose en la vida de esta sobreviviente más que para mencionar un par de matrimonios o cómo fue adoptar otros hijos o vivir en regiones rurales manteniendo una abnegada vida hogareña, sin explorar realmente en, qué sé yo, los traumas o la reparación o sanación personal y psicológica, sólo eso: vivió tranquila y modestamente hasta que regresó a Corea, hasta que la entrevistó una autora de cómics y se hizo activista política por sus derechos (curiosamente, no hay mucha crítica social ni política en esta obra, por no decir nula, y eso que la indolencia de los gobiernos coreanos y japoneses, además de sus culturas fuertemente jerárquicas y patriarcales, casi parecen decir a gritos que son esencialmente culpables de semejantes atrocidades y del olvido con que suelen barrerse bajo la alfombra. Y ojo, una cosa es no ser obvio ni resaltar las cosas machaconamente, en otras palabras ser sutil, otra cosa es ser pasivo, narrativa y dramáticamente hablando). Si me preguntan, me parece un poco simplista y algo condescendiente con la vida misma de la protagonista, como si sólo importara lo mal que pasó durante sus años de cautiverio: la autora parece más morbosamente interesada e intrigada en el "cómo vivió o cómo fue sufrir tanto" o "qué se sentía que te hicieran esto o lo otro" que en el "cómo volvió a la normalidad o a cierta serenidad", y ya digo, no me parece muy correcto que digamos. Claro que todo esto queda disimulado bajo lo impactante de los acontecimientos y la incuestionable belleza y calidad gráfica, pero insisto, la narración misma y la mirada autoral que se elabora y desarrolla me dejan muchas dudas. En otras palabras, Hierba me parece una buena obra en sus porciones más "limpias", más carentes de artificios y trucos tendenciosos, es decir, sobre todo cuando nos cuenta la infancia (o adolescencia) de la protagonista. Incluso en las escenas más atroces, más horrorosas, sobrevuela cierto morbo reverencial.
Paradójicamente, supongo que tanta pasividad discursiva por parte de la autora es un intento por respetar la mirada de su protagonista, dejar que ella sea la que hable y cuente su historia, que cuente lo que quiera contar y que nadie le meta palabras en su boca ni que la fuerce a contar cosas que no quiere contar, de hecho la autora lo menciona en un momento, así como para poner el parche antes de la herida, sin embargo, para mí, el efecto es contraproducente: muestra lo atroz pero se desdibuja el contexto y tantas cosas más. Además, si la inclusión de ella misma en el relato es un intento por incluir otra mirada crítica al "presente histórico", insisto, el resultado es discursivamente plano y soso, como una niña que escucha la vida de su abuela "admirando" el horror, encapsulándolo como una terrible hazaña anecdótica que no tiene ecos ni resonancias. Bueno en fin, seguramente estaré en la inmensa minoría, porque Hierba es una obra premiada y aclamada, por público y crítica. Quizás Jacques Rivette estaría de mi lado, quién sabe. La autora tiene una historia potente, tiene una mano gráfica impresionante, pero carece de una mirada narrativa a la altura; en su epílogo me queda más o menos claro, ella manifiesta ciertas dudas que tenía, honesto por su parte, pero en mi opinión nunca supo cómo resolver ni sobreponerse a dichas dudas. Ya me dirán qué piensan ustedes, de verdad me gustaría saber si he entendido algo mal o qué. En mi opinión, las autoras japonesas que hemos leído son mejores al momento de aunar denuncia y ferocidad discursivo-crítica y sutileza narrativa, ahí tienen a Aki Shimazaki y su Corazón de Yamato. O Maus, de Spiegelman, si nos atenemos a la narrativa gráfica, que aborda un tema serio y doloroso desde una perspectiva única y potente, respetuosa pero revisionista. Como sea, cuéntenme, por favor, qué les parece Hierba cuando la lean, quiero saberlo.
Lleva bastante tiempo, por lo demás, Hierba en las redes bibliometrenses. Poco más de un año en el que ha sido prestada en ocho ocasiones, así que ya saben, difundan la palabra, no será la novela gráfica más perfecta o magistral, pero es una propuesta, a su modo particular, imprescindible, que debe ser más leída y conocida. Vamos vamos. Y qué pulcritud de ficha, ¿eh?, que por acá siempre nos quejamos, ahora no debemos dejar pasar la oportunidad de alabar la belleza de esas estampas bien colocadas.
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