"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

sábado, 30 de agosto de 2014

Bienvenido Lucho



Si se fijan bien en la parte inferior derecha del blog, verán una pequeña y simpática tortuga llamada "Lucho", adoptada por mí. Ya en Cine en tu cara adopté a un perrito bonito y también simpático llamado "Kayser pprpbb", aunque aquello fue hace mucho más tiempo. Como debe quedar claro, me gustan mucho los animales, más que la mayoría de los humanos, seres para mi son despreciables e impíos por naturaleza -incluso mis amigos y por qué no, yo mismo, jaja; nunca está mal un poco de honestidad-. En los animales no veo maldad, por más que tengan que matar para sobrevivir.


Quería hacer este post para darle la bienvenida a Lucho la tortuga, pero también le daremos una bienvenida tardía a Kayser pprpbb. Mi intención es sólo explicar el nombre de estas mascotas virtuales, un poco de historia personal.


Primero vayamos con la tortuga. ¿Por qué se llama Lucho? Fácil: mi querido bisabuelo -tristemente muerto hace poco, no más de un mes y medio, a la edad de cien años y unos pocos meses- tenía una tortuga llamada "Lucho", que siempre estaba comiendo una hoja de lechuga o caminando por ahí, lentamente. No sé realmente -nunca lo supe, a decir verdad- cuántos años tenía, pero me imagino que hartos, pues las tortugas se caracterizan por su longevidad. Lo entretenido es que siempre la veíamos, pues mi bisabuelo vivía en el mismo barrio que el mío -a veces frente a frente, a veces en pasajes separados, pero el mismo barrio a fin de cuentas: pura cercanía y las agradables visitas constantes-. Ya casi era una eminencia esa tortuga: todos en la familia la conocían y la querían, mal que mal, era la tortuga de mi bisabuelo, y a él todos lo querían.
Acá viene un dato interesante que a mí me causó toda una impresión: la tortuga era hembra. Y mi impresión era obvia: "Lucho" es diminutivo de Luis, nombre masculino -por si hacía falta decirlo-. Entonces era "la lucha", para ser exactos, pero tal parece que a nadie le importaba: Lucho se quedó.
Lamentablemente, Lucho desapareció. Un día ya no estaba y nunca más volvió a aparecer. No sé cómo reaccionó mi bisabuelo, no quise preguntar. Quizás haya estado triste, y probablemente me dio un poco de pena a mí también, pero ya no puedo recordar cómo me sentí. Es una verdadera lástima, porque el Lucho no pudo haber llegado muy lejos por su cuenta, lo que me hace pensar que alguien lo robó: lo vio caminando por la calle y se lo llevó. No quiero imaginar qué hizo con él, ojalá algo bueno: tenerlo de mascota, pero quién sabe. Ojalá Lucho no lo haya pasado mal. Probablemente todavía siga vivo, después de todo, las tortugas viven mucho. Aunque claro, esa es la visión optimista, la de que alguien lo acogió para cuidarlo. Lo malo puede ser que haya sido atropellado, aplastado por un auto de gran tamaño, o simplemente robado para comercio ilegal de animales.
No quiero saberlo, simplemente me quedaré con lo único cierto: fue una tortuga simpática y mi bisabuelo la cuidaba con mucha devoción. Espero que no lo haya pasado mal con su desaparición.


En cualquier caso, acá le doy una bienvenida y un hogar virtual. No estoy loco, sé que no es el Lucho real, pero me siento bien con esta tortuga en este blog: le da un toque inocente y de bondad, y me hace recordar a mi bisabuelo en sus años más lúcidos -nunca dejó de serlo completamente-, cuando me sacaba los dientes sueltos, entre otras cosas que los abuelos hacen.

En fin, mejor dejo la bienvenida a Kayser pprpbb para otro post, pues no quiero alargar demasiado éste. Espero les haya gustado y le den la bienvenida a Lucho, una tortuga muy simpática que si le hacen click se esconde en su caparazón. Por lo demás, la tortuga de la foto no es Lucho, simplemente es una tortuga cualquiera que se parece a la que yo recuerdo.
Finalmente, y de nuevo:

¡¡BIENVENIDO, LUCHO!!

lunes, 25 de agosto de 2014

Pequeña teoría de los spoilers




Bueno, bueno, bueno. Me han dicho una cantidad desagradable de veces que yo soy una fuente desaforada de spoilers, en mi otro blog, claro está. Me han dicho que cuento la película completa. Y debo serles sincero, tales afirmaciones llegan a doler un poquito, aunque cuando se piensan mejor, uno se da cuenta de que no tienen mucho fundamento.


Primero lo primero: no me defiendo al cien por ciento. Es cierto que como regla general me impuse que en cada comentario mío sobre cualquier película, no comente hechos específicos que sean súper importantes. El motivo es obvio: sólo quiero compartir mis impresiones y sensaciones y ojalá contagiarles mi agrado o desagrado, no arruinarles la puta película que pretendo recomendar -o no-.  Es más, siempre trato de evitar cualquier cosa que pueda ser una pista que revele el final o lo que sea. Puede que se me haya pasado algún spoiler, quién sabe -ciertamente, no los que me dicen que estoy lleno de spoilers-. Ya habiendo escrito más de cien posts, no me pondré a revisarlos todos. No obstante, tengo la seguridad de que siempre he tenido cuidado, pero si se me fue un spoiler, se me fue nomás, nada que hacer y nada que lamentar, de seguro no fue nada grave tampoco.

Era necesario el "mea culpa": si sintieron que conté algo importante, perdón, no era mi intención. Pero estoy tranquilo sabiendo que siempre tengo cuidado en lo que escribo.


En fin, ya es hora de pasar a mi maldita teoría, o al menos a algo que explique tales afirmaciones que me llegan de amigos, compañeros, gente que conozco en persona, no comentarios de internet o cosas por el estilo.
Esto pienso: esas personas que me dicen que soy una lluvia de spoilers piensan tal cosa porque no han visto las malditas películas, así de simple. Es típico: el histerismo de los ignorantes que piensan que cada palabra revela algo importante: "el personaje comienza, luego del accidente, un viaje hacia su interior", escribo. "Oh, dios mío, me contó que hay un accidente y luego un viaje ¡A la hoguera!", piensan. Eso me parece de un descaro absoluto, no ver la película e indicar con el dedo que uno suelta spoilers a destajo. Una falta de respeto, especialmente porque nadie se queja de los críticos oficiales de las revistas y los diarios que cuentan siempre, al menos, la mitad de la película... y eso lo sé porque las he visto antes, es decir, tengo fundamentos para afirmar algo así. Y no ando por ahí gritando a los demás que el crítico en cuestión ha soltado spoilers, pues esa misma acción lo revelaría.
Pero claro, llega alguien y me dice que le han comentado que yo suelto spoilers sin consideración, y que él está de acuerdo con ello. Discúlpenme, pero no puedo tomar en serio la opinión de personas que no ven películas, y que de seguro no las verán en mucho, mucho tiempo más. "¡Oh, me has arruinado ver... [no sé qué película poner de ejemplo, pues si me dicen que cada entrada que hago es un spoiler, nunca me han dicho cuál en particular les he arruinado], película que de todas maneras no iba a ver nunca en mi puta vida!".
Pero no es que tenga una arrogancia tan simple de descalificar a los histéricos, pues he hecho una especie de experimento para ver si, efectivamente, soy una fuente de spoilers: le he pedido a personas que lean entradas mías de películas que hayan visto y de películas que no. De las que han visto, me dijeron que no notaron spoilers -además de otros elogios-; la razón es sencilla: ellos saben qué cosa es realmente un destripe, y saben que me he guardado lo revelador: mis ejemplos son ilustraciones que acompañan lo que quiero decir, mi lectura del filme, escenas inofensivas pero lo suficientemente elocuentes. De las que no han visto, me dijeron que no sienten que les haya contado o arruinado la sorpresa, la experiencia de ver la película -de las que han quedado con muchas ganas-; no obstante, como no las han visto, no saben si he revelado detalles importantes. Pero que no hayan sentido que les arruiné la película ya me alivia bastante y dice mucho.


Todos sabemos que los spoilers son complicados y varían de persona a persona. Mi teoría es que los que no han visto ninguna mierda de película son los más propensos a poner el grito en el cielo y clamar que uno no tiene respeto ni consideración; para peor, les pides que te indiquen el spoiler exacto y se quedan callados porque no saben de qué mierda están hablando... ¡NO HAN VISTO LA PELÍCULA!
Los que sí las ven, pues tienen todo más claro y saben cuando algo importante se revela. La lección es fácil: si alguien clama que un spoiler fue revelado, más vale preguntarle si en primer lugar vio la película; si no lo hizo, uno ya puede saber que su opinión es una mierda. Si la vio, entonces hay dos opciones: si tú no la has visto, no preguntes, para qué tan idiota; si la has visto, discutan y comenten.

Lo cierto es que si en algún punto yo digo un spoiler, por favor díganmelo con fundamentos firmes. De lo contrario, no molesten, porque, y esto lo digo por enésima vez, me preocupo de no cagarle la experiencia a nadie. Y perdonen mi mal humor, pero me molesta la pobreza argumental en los demás.
Y claro, la solución es simple: vean películas. No tanto para saber de que hablan los demás -y para no ser un llorón histérico-, sino porque ver películas es hermoso.

sábado, 23 de agosto de 2014

Love is to not die


Recomiendo bastante que la siguiente lectura sea leída en compañía de la siguiente canción, llamada "Love is to die" de Warpaint -que no es muy buena, pero funciona bien-. Aparece al final del episodio homónimo de la séptima y última temporada de True Blood, en su episodio noveno, o lo que es lo mismo y un poco más desalentador, el penúltimo.


Sí, sí, mañana True Blood llega a su fin. Siete largos, divertidos y sobre todo deliciosos años llenos de locura. No sé muy bien en qué temporada Allan Ball dejó de ser el showrunner, el jefe principal, pero lo cierto es que, para mí, la última gran temporada fue la tercera: Russell Edginton como villano principal era sensacional: caos y anarquía en las huestes vampíricas, el placer de la destrucción y la muerte, pero por sobre todo el placer de actuar en completa libertad, obedeciendo tus más bajos y sublimes instintos. De la cuarta en adelante, aunque la serie no ha dejado de ser disfrutable, se vuelve a veces un tanto ridícula y básica, perdiendo progresivamente ese toque oscuro y sensual en detrimento de uno más humorístico y facilón.
Pero, para que quede claro, nunca me ha dejado de gustar True Blood; puede que la cuarta temporada con sus brujas me haya desagradado un poco -incluso prefiero a los hombres lobo como enemigos-, pero era lo que era, tampoco me pondré extremadamente histérico. A diferencia de muchos que señalan que la quinta temporada fue malísima, a mí me gustó bastante, mostrando la verdadera cara de The Authority y la inquietante presencia de Lilith -y el regreso del siempre genial Russell Edginton-. La sexta también me gustó, aunque Warlord me pareció un villano pobre y su muerte daba la impresión de que se hizo con apuro y poca preparación; lo más interesante de aquella temporada era lo relacionado a ese exterminio de vampiros, y no todo el cuento de hadas de Sookie. Ya lo he dicho, las buenas temporadas de verdad se acabaron cuando la tercera llegó a su fin; de ahí en adelante, cada una tiene mucho de despropósito, aunque no dejan de ser placeres culpables.


La séptima temporada no se libra de los mismos síntomas: tramas aceleradas y construidas fácilmente, tramas irrisorias y sin importancia -Andy Bellefleur y su vida familiar, o los problemas maritales de Sam Merlotte, o Arlene como consejera amorosa y de vida-, etc. La salvedad es que esas tramas fáciles e irrisorias se hilan bien y nos llevan a lo que es realmente importante: Bill, Sookie, Erick. Pero no estoy hablando de la temporada completa, ya haré eso cuando vea el capítulo final y comente todo en Cine en tu cara. Ahora me quiero referir, simplemente, a la sensación que me dejó los apenas dos minutos finales del noveno episodio, que a propósito, es bastante mediocre: mucho de Jessica y Hoyt y Jason y la novia de Hoyt, que juntos tienen unos minutos cursis hasta el hartazgo; mucho de Arlene y su negocio, de Sam y su problema ese, y varias cosas más. Lo que lo salva son los motivos de Bill y su conversación con Erick Northman, de la cual nace el inminente encuentro entre Sookie y Bill, quien quiere explicarse ante ella. Así termina el capítulo: Bill se acerca, a paso lento, a la puerta de Sookie, que espera sentada, completamente nerviosa, la llegada de Bill. De fondo suena Love is to die, además.


Si el episodio entero me pareció mediocre y a veces rozando el ridículo -"te enseñaré cómo no tener sexo"-, esos dos minutos me dejaron helado, con una desoladora sensación en el espíritu. Para serles sincero, me siento mal, un poco decaído: True Blood se acerca a su final, y Bill caminando para encontrarse con Sookie es el encuentro definitivo, el que cerrará todo. Eso es lo que me hace sentir mal: la despedida, el saber que esta serie se va para siempre. No importa cuánto se haya degradado la calidad de la serie, siempre esperaba con ansias el siguiente episodio, con cariño. Sinceramente, espero que el episodio final sea sublime y deje con la boca abierta a muchos, incluyéndome. Algo me dice que el final estará concentrado únicamente en los personajes que de verdad importan, y que la historia completa se cerrará, ahora sí, de manera inteligente y poderosa. Sólo espero que no me duela tanto.


Con tristeza espero el episodio final. Por suerte, HBO latinoamérica transmite True Blood en simultáneo con Estados Unidos, así que en vivo contemplaré esta despedida, que de seguro me dejará deprimido la semana completa. Maldita sea, será mejor que esté preparado.