"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

martes, 22 de abril de 2025

Más allá del equinoccio de primavera, de Natsume Soseki

 

Bibliometro #97. Debo decir que no conocía en lo absoluto el nombre y la obra de Natsume Soseki. Recién lo vine a conocer navegando en el catálogo de Bibliometro, que tiene un par de libros suyos disponibles, y como por acá estamos dándole duro a la literatura japonesa, abarcando cantidad y variedad de autores, naturalmente fuimos y nos trajimos un libro suyo. Y luego, investigando un poco sobre él, me entero de que Soseki está considerado uno de los grandes de la literatura nipona, siempre es mencionado junto a otros colosos y titanes como Oe, Mishima, Kawabata, Akutagawa, Tanizaki, Dazai... Y yo ni idea, lo cual, como ya sabemos, siempre nos entusiasma: conocer y conocer más, es mi hambre, la única que tengo por estos días.

Más allá del equinoccio de primavera (que, según el traductor de Google, es una traducción bastante buena; el título original significa algo cercano a "Hasta el equinoccio") es una novela bastante curiosa en estructura y estilo, o quizás en espíritu. Es un buen libro, que quede claro, una lectura reveladora a su modo, a su modo desenfadado y libérrimo; una novela profunda y compleja aunque, consciente y deliberadamente, no lo aparente, mostrándose como un sencillo relato/retrato costumbrista-urbano generacional (y, como de todas  formas lo es, lo hace con gran calidad, gran sutileza: pintando el cuadro a través de trazos individuales, dejando que el color y los matices propios de cada personaje vaya completando "por su cuenta" el panorama general, en lugar de hacerlo al revés y forzar una plantilla previa encima de los personajes y sus elásticos, acuosos contornos) aunque en realidad sea un mordaz y agridulce relato de formación, un canto humanista, vitalista y filosófico tan desesperado y desolado como optimista y luminoso, oscilando entre un gris de penumbra y una asombrosa nitidez existencial... como la vida misma para quienes se sienten a la deriva, perdidos en el cruce de caminos del destino tal como el protagonista, un joven recién graduado de la universidad, en la carrera de Derecho, pero al que se le hace extremadamente difícil encontrar trabajo, desocupación que lo sume en un ocioso pesimismo, en un estado de ánimo ambivalente e impredecible que puede conducirlo ya sea a barrer las calles de Tokio para encontrar trabajo o disfrazar su inactividad vital como a hundirse en inconclusas cavilaciones sobre su valor como ser humano, como individuo, sobre qué demonios se hace con la vida de uno, en especial cuando los intentos resultan ser infructuosos... ¿Se puede torcer el destino, se puede cambiar la cara de la rutina, se puede tomar las riendas de nuestra vida realmente? Las reflexiones del protagonista y la descripción de esa vida incierta y desalentadora que lleva, ambas vertientes, están escritas con unas deliciosas sencillez y sutileza que no por ello le resta peso a su poderío dramático y narrativo, el autor de verdad te hace sentir en los poros esa rutina del hastío: el denso rumiar de esos oscuros pensamientos, la gris belleza que se puede hallar en una hora muerta del día en algún punto olvidado de la ciudad... Una novela tan introspectiva como contemplativa, observadora.

Y eso no es todo porque en realidad el protagonista es una especie de falso protagonista; un personaje sumamente bien construido y perfilado en su moral, psicología y personalidad, que sin embargo puede ser tanto el centro de la telaraña de almas como un observador externo de dicha red. Así las cosas, en sus ánimos y empeños por encontrar trabajo e insuflarle algo de sustancia y experiencia a su vida, el protagonista, Keitaro, va conociendo distintos personajes, de diverso género y situación económica, que tienen también historias que contar y compartir: hay espacio para historias sentimentales y románticas; para una trama exquisitamente de "espías" y toque noir; sagas familiares con sus secretos y pecados ocultos; salvajes y exóticas aventuras de hombres andariegos y (auto)marginados del tejido social, de la maquinaria humana, de esa bota que te pisa el alma, el corazón; muertes y amoríos, un crisol de almas y personalidades, de cosmovisiones enfrentadas y contrapuestas, todo por lo demás variando el estilo, de primera persona a tercera persona, desde cierto gélido distanciamiento crítico y estético hasta el vibrante testimonio de un animoso narrador, con una erudita elegancia por momentos hasta un nivel más bien conversacional... Naturalmente este mecanismo estructural puede sorprender o fragmentar la atención de según qué lector, pero para qué digo estas cosas, no es más que una "advertencia", en lo personal me agradó esta variedad de tramas y estilos presentados con tanta naturalidad, jovialidad y también seriedad, gravedad, aceptando que la vida, en tanto rutina y en tanto existencia, es un conjunto de impresiones agridulces, de altibajos, especialmente si la estabilidad y uniformidad no es lo tuyo. No diría que estamos ante una graaaaaan novela, de esas que te cambian la vida, pero es innegable que estamos ante una obra singular, dueña de una voz y visión propia y distinguible, que propone algo y que lo ejecuta a cabalidad, además de estar bien escrita, con claridad tanto para lo descriptivo como para su componente introspectivo, existencial, filosófico. Esa atmósfera, entre esperanzada y entusiasta, entre desolada y hastiada, no es casualidad y nos demuestra que estamos ante un autor que tiene mucho que decir y que sabe cómo hacerlo, como transmitirlo y expresarlo, además de tener una notable capacidad imaginativa y fabuladora. Un lúcido contador de historias, en definitiva, que atrapa tu atención tanto por los avatares argumentales como por sus ganchos más hondamente significativos. Supongo que si nos ponemos más o menos teóricos, Más allá del equinoccio de primavera aúna cierta exquisitez clásica (ese invariablemente dulce y fascinante aire clasicista de las grandes obras) con, sin ser experto, un adelanto de los estimulantes recursos, temas y tratamientos literarios propios de la modernidad. Tenemos el hombre contra el destino, el hombre contra la sociedad, el hombre contra sí mismo; el paisaje, la patria, la mente o el alma. En fin, me ha gustado un montón esta novela, ofrece mucho más de lo que aparenta. Me convence de que Natsume Soseki es uno de los grandes y señeros novelistas japoneses. Descúbranlo.

En fin, hemos hecho debutar este ejemplar bibliometrusco. Esperemos que siga siendo leído con fruición de ahora en adelante.

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