"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

domingo, 6 de octubre de 2024

El misterio de Salem's Lot, de Stephen King


Bibliometro S06E06. El primer libro de Stephen King que leímos fue It, nada menos, y eso fue en la primera temporada de Bibliometro, como toda primera temporada, más corta que el resto, con tres préstamos nada más, aunque cuando se pide un libro de 1500 páginas hay que andar con cuidado con excederse mucho en los otros que uno pida prestado. Como sea, hemos estado siempre atentos a lo que hay del maestro del terror en el sistema de bibliotecas públicas, y esta temporada por fin lo tenemos de vuelta con El misterio de Salem's Lot, que es su tercera novela luego de Carrie y El resplandor. Como es usual, de Salem's Lot se han hecho adaptaciones y dentro de poco se viene otra más; al terminar de leer fui a ver el trailer y no lo pude terminar, para qué les voy a mentir, se veía tan obvio, tan típico, tan convencional.


Primero que todo, el prólogo de este libro tiene un aire a la primera parte de Nuestra parte de noche, de Mariana Enríquez, con el hombre alto y misterioso viajando en un autito viejo por las comarcas estadounidenses en compañía de un muchachito silencioso y sombrío. Fue gracias a la autora argentina y su obra maestra que me lancé de cabeza a leer It, intuí que ahí había cierta correspondencia y quizás no esté equivocado en señalar que el maestro del terror es una gran inspiración para Enríquez (el terror no sólo como artefacto genérico y efectista, sino como expresión de un estado de cosas, como un estilo pictórico de cuadros sociales y realistas), razón por la que encontramos estos deliciosos guiños.

Segundo, se me hace clarísimo que Salem's Lot es un precursor de It, una versión previa, incluso un work in progress. Si bien las diferencias entre ambas novelas son abismales, no sólo por lo obvio (la magnitud; las particularidades en la trama y los personajes; también la calidad, It es cien veces mejor novela que Salem's Lot, el paso del tiempo y la experiencia literaria que King ganó en esos años marcan notoria y notable presencia), hay rasgos esenciales que me permiten afirmar con confianza que el germen de It ya estaba en Salem's Lot, en el Solar. Primero que todo, está el hecho de que los personajes luchen contra el Mal, indefinible e inmenso e inabarcable como es, más difícil aún cuando ese Mal se apodera de la debilidad intrínseca humana. Segundo, constantemente flota la idea en ciertos personajes adultos y otro par de adolescentes, de la visión infantil en el sentido de inocente, crédula, mágica: una visión poderosa porque te permite, precisamente, luchar contra el mal, contra lo inexplicable y lo desconocido, sin ese filtro racional y demasiado empaquetado que cierra la puerta a toda solución, porque la solución está fuera de los marcos establecidos. Si los niños creen en los monstruos en clave fantasía, cuando un monstruo real aparezca sólo puede ser enfrentado fantásticamente, y eso sólo lo tiene un niño, sea real o sea tu niño interior, el niño que confía y, más aún, cree en lo maravilloso. Es casi todo en sentido figurado, obvio. Tercero, volviendo más o menos al primer punto, la premisa o leitmotive del mal es también un vehículo para reflexionar y retratar, a veces duramente, los males de la sociedad, esos males de carne y hueso no fantásticos que se traducen en racismo, violencia intrafamiliar, desigualdades, historiales de abuso, en fin... Son males circulares que se alimentan e influyen constantemente. Cuarto, eso de crear un pueblo con sus mitos y leyendas propios, su propia Historia. Pero esto último también puede estar presente en otras novelas, así que no la tomaremos como el pilar más importante de todo este razonamiento.

Con todo, me he sentido algo decepcionado con Salem's Lot. Es una novela correcta, ágil, de ritmo frenético, prosa potente, trama dinámica, cuyas más de 500 páginas se leen en un suspiro porque la historia te mantiene atento, pero es demasiado rutinaria, tópica y hasta diría que convencional, desaprovechada en puntos clave, incluso predecible y previsible, poco inspirada ya en su tercer acto, el de las resoluciones y enfrentamientos que son una seguidilla de superfluidades estirando el chicle. El problema principal, pienso, radica en que King delimitó muy marcadamente la naturaleza de ese mal que acechaba al pueblo de Salem's Lot y se aprisionó en esa mitología particular, porque, y acá no revelo nada que no se sepa (hasta yo lo sabía), los personajes luchan con vampiros, esas criaturas de la noche. Entonces todo el misterio inicial, ese suspenso magnético y magistralmente sostenido durante gran parte de su primera mitad, se diluye en un flojo y cansino tira y afloja entre humanos y no-muertos que, por lo demás, están liderados por un villano poco carismático (extravagante, sí, excéntrico, sí, carismático, para nada), superficial, irritantemente narcisista, que no tiene nada interesante que decir salvo proclamar a los cuatro vientos su grandeza. En cambio, al inicio, King sostenía el relato con una atmósfera de incertidumbre y extrañeza sumamente cautivante, que además se potenciaba por su preciso retrato de personajes, de pueblo rural y alejado de la mano de dios, ese crisol de personalidades y realidades que, por variado, también es intrigante, capaz de albergar quizás qué males en sus pliegues, bajo esa apariencia de bondad y cortesía que se brindan entre vecinos: la ama de casa que en realidad es una víbora, el comerciante que en realidad es un tiburón de las finanzas, los jóvenes obreros soterrados de violencia latente, todo un conjunto de habitantes y sus correspondientes oscuridades, esas sombras que sólo ellos conocen y nadie, realmente, quiere conocer porque hay lugares en donde es mejor no meterse. ¿Comprenden lo que digo? King quiebra una lógica, rica en posibilidades, por otra que es mucho más simplona al encerrar de manera tan majadera y testaruda "el mal" en un sólo villano, hacer que el mal sea estrictamente sobrenatural y no ambiguamente humano, lo que siempre resulta más aterrador. Yo me sentía más nervioso en esa primera parte, imaginando la idea de que cualquier vecino puede esconder un infierno de muerte y horror, el Mal como macguffin para contarte otras cosas más interesantes: los celos, la envidia, la soledad, la rabia acumulada, la tristeza...
Supongo que es una dicotomía importante, una encrucijada en la que King se ve como narrador y que explicita en el personaje del cura católico del pueblo, un hombre a la vieja usanza, que piensa que la Iglesia debe proteger a la humanidad de Males así, en mayúsculas, Males monstruosos e inexplicables y fantásticos, y no los males de la sociedad. Como dice el curita, la Iglesia no es una junta de vecinos, es una institución celestial encargada de ámbitos más complejos y suprahumanos. Como sea, pienso que es una manera de King de explicar su novela y la deriva que elije. 
¿Y de qué trata Salem's Lot? De un novelista que decide volver a Salem's Lot, el pueblito en donde vivió cuando niño muchos años y que ahora de adulto lo tiene maravillado con todos esos mitos y leyendas de antaño, para escribir una novela que le sirva además como método para exorcizar sus propios demonios personales. A su vuelta encontrará un montón de variopintos personajes, entre ellos una hermosa muchacha, y de lugares dotados de un aura particular, en especial una vieja casona abandonada que encierra en sus cuatro paredes una historia de violencia y muerte que se extiende y contamina, como un derrame de petróleo en una playa paradisíaca, su maldad hacia el resto de la comarca. Pero algo no anda bien; hay pulsaciones inquietantes, energías negras, se respira miedo en el aire y reina la desconfianza. Densas nubes se ciernen sobre el paisaje despejado del Solar. Cosas misteriosas comienzan a ocurrir y, bueno, ya saben, para qué insistir en lo mismo...
Se puede leer y todo, es una entretenida novela de terror temático, pero siento que, teniendo ingredientes tan bien cocinados al inicio, acaba conformándose con poco. Eso sí, no me puedo despedir sin antes alabar la excelente prosa de King, dotada de una contundente fisicidad, capaz de invocar sensaciones impactantes aún cuando se trata de escenas previsibles, lo cual demuestra lo gran escritor que es, siendo capaz de elevar una historia bastante convencional en un viaje de inquietud y nervios, aún en sus tramos menos argumentalmente inspirados. La forma en que escribe ciertas cosas, como lo que pasa en cierta morgue, en cierta mansión, ciertas apariciones frente a altas ventanas, ciertos cobertizos, ciertos sótanos... Y ya ni hablar de algunas escenas más cotidianas, el erotismo palpable entre el protagonista y la muchacha, por ejemplo... King es un admirable creador de atmósferas (de terror, de rabia, de misterio, de normalidad y tranquilidad), además de excelente creador de personajes, y aunque en esta ocasión le falta una trama mejor resuelta, como digo, el resultado sigue siendo un ejemplo de escritura. Su lectura no tiene desperdicio, al contrario, siempre se gana y aprende algo de él. Así que vayan con confianza...


No hay muchos ejemplares de este libro dando vueltas, a lo sumo dos o tres, razón que quizás explique la numerosa actividad que nos refleja la ficha bibliográfica, la desordenada e ineficiente ficha bibliográfica. Por ejemplo, hay dos fechas que se repiten (una de esas fechas está estampada a la inversa, además), la mayoría de las fechas están chuecas... Parece haber más orden en el reverso de la hoja, más organización, y eso que no tienen el esquema con las filas y columnas claramente delimitadas. Contando y contando, desde septiembre del 2021 hasta hoy, es decir tres años después, este ejemplar ha sido pedido prestado en 21 ocasiones, siete por año. Mal no está, a fin de cuentas hablamos de Stephen King, quien tiene su nicho lector y el magnetismo suficiente para atraer a cualquier lector casual.

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