"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

domingo, 30 de junio de 2024

Where the Body Was, de Brubaker & Phillips


Ok, ahora sí que vamos a empezar a subir el ritmo de publicaciones, así que atentos, amigas y amigos. Ayer comentábamos Night Fever, del tándem Brubaker/Phillips, no muy favorablemente la verdad, pero eso ya lo intuía. Luego publicaron el presente cómic, Where the Body Was, y en el año de Longlegs, el original de Brubaker lanzará, pronto, Houses of the Unholy, un thriller al estilo setentero que aproveche el tirón del miedo a las sectas satánicas que hubo en ese entonces, en esa década poblada de películas sobre el tema. Y yo digo, para qué mierda me pongo a leer cosas de Brubaker, dios mío, qué fuerzas oscuras me obligan a hacerlo...


Where the Body Was es un cómic más disfrutable y mejor logrado que Night Fever, pero hasta por ahí. Lo que salva en este caso es su múltiple gama de personajes (en contraposición a Night... protagonizada por un pelmazo simplón y su mejor amigo el sosainas por excelencia), la mayoría bastante esquemáticos pero con cierto y suficiente grado de personalidad, y la estructura no lineal que al menos se presenta como una suerte de puzle, aunque dicho puzle se resuelva por su cuenta y con piezas faltantes que aparecen por arte de magia.
Como pueden imaginar por el título, en este tranquilo vecindario ochentero (esa maldita y "nostálgica" década otra vez) aparece un cadáver, así de la nada, misterio que sirve para adentrarse en los secretos que esconde un lugar menos apacible de lo que aparenta. Barrio chico infierno grande, ya saben. Usando un recurso bien cuestionable y arbitrario, tal es hacer como si fuera un "documental" de esos true crime, los personajes en el presente van explicando, desde sus respectivas perspectivas, qué demonios ocurrió ese verano en donde apareció un cadáver en la acera. Tenemos al veterano de guerra convertido en vagabundo; el matrimonio sin pasión; el vecino solitario y misterioso (el único interesante la verdad, con los mejores momentos de una obra bastante plana e inane); la niña aventurera (que menos mal no andaba acompañada del enésimo club de perdedores de mierda); y los rebeldes delincuentes juveniles y sus someras penas de amor. Todo perfectamente calculado para ser el perfecto producto tipo. Engaños, affaires, voyeurismo, amores imposibles, drogas y rock&roll, paranoia y confabulaciones mortales, ya conocen el mix. Todo en un entorno que ni de lejos revive el "amor" por los ochenta que Brubaker intenta profesar. No hay construcción de época, apenas hay construcción de personajes y, como he dicho, la construcción dramática es una seguidilla de clichés que, en el fondo, te hace el trabajo de escribir una historia sin el menor esfuerzo porque sigue cada etapa del manual. Y siempre es el puto 1984, ¿es que acaso no pasaba nada el año 1981, o 1988, o 1983 o 1985? ¿Qué diferencia hace si pudo haber sido en los setenta o sesenta y era la misma mierda de historia y personajes? Y como decía, la estructura narrativa le sirve a Brubaker para disimular los agujeros de guión, que hace y deshace a voluntad y sin mayor coherencia que el "porque se me ocurrió", inventando cosas a conveniencia y a la fuerza para que todo encaje a su parecer. No es un narrador de esos que dejan a sus personajes, a sus historias, respirar y desarrollarse libremente. Debe ser una mierda ser un personaje creado por Brubaker.
O sea, como ven, Where the Body Was es una lectura que puede pasar bien si es que la leen y nada más, pero si nos ponemos a analizarla, no hay por dónde salvarla. Otro ejercicio pomposo de un Brubaker carente de ideas, aunque hace años ya que le conocemos los trucos. El trabajo de los Phillips (padre en los dibujos, hijo en los colores) muy bueno eso sí. Si trabajaran con un mejor escritor...


No hay comentarios. :