"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

viernes, 5 de julio de 2024

Rockabilly, de Mike Wilson

 
Bibliometro S02E01. Así es, ya vamos en la segunda tanda de pedidos. La primera temporada fueron 3  préstamos, en la presente, ya veremos. Vamos a comentarlas en orden de lectura. Vamos a comenzar con Rockabilly, cuarta novela de Mike Wilson Reginato, escritor nacido en Estados Unidos, criado principalmente en Argentina (padre gringo, madre argentina), volvió a Estados Unidos para estudiar y luego, ya por el 2005, llegó a radicarse a Chile, en donde es profesor de literatura de la Universidad Católica. Yo intentaría acercarme a él para ver si se puede acceder a su primera novela publicada, Nachtrópolis, que no encuentro por ningún lado, ni a la venta ni en modo préstamo. No ha aceptado mi solicitud de seguimiento en Instagram. Tendré que, en algún momento, adoptar una estrategia más frontal e incluso agresiva, por ejemplo, ubicarlo saliendo de la universidad y asaltarlo a punta de pistolas: "Ya culiao, ¡pásame tu primera novela o habrá sangre!".


Rockabilly es una novela bastante corta, de unas 120-130 páginas, ubicada en un tranquilo vecindario de clase media (presumiblemente en Estados Unidos), en una sola fatídica y estrambótica noche, centrada en cuatro singulares personajes: Rockabilly, un solitario mecánico, tatuado en la espalda con un realista retrato de una despampanante modelo pin-up; Suicide Girl, una adolescente enamorada de Rockabilly, con una lagartija de mascota; Bones, un perro consciente y; Babyface, un cuarentón aquejado de una extraña enfermedad que deforma su cuerpo como si de un recién nacido se tratase. Una buena noche, mientras Rockabilly está en el baño lavándose, algo cae en el techo de su casa hacia el jardín trasero, algo del cielo, ¿un meteorito quizás? Cómo saberlo. El caso es que, pala en mano, Rockabilly va a su jardín trasero y comienza a cavar, a ver qué demonios es lo que vomitó (o cagó) el espacio sideral en este vecindario en particular. Este particular hecho da inicio a una cadena de acontecimientos, a cada cual más extraño que el anterior, que no se detendrá hasta que... bueno, mejor descubrirlos nosotros mismos ¿no?

En este caso no nos vamos a complicar ni a extender mucho, lo prometo. Rockabilly es una novela bien directa al grano, directa al hueso. Una novela que se lee de un tirón, atrapado como queda uno con su arranque, con su desarrollo, con ese apoteósico desenlace. Pero también con esa atmósfera de extrañeza, con este clima raro que Wilson logra crear y transmitir, ubicado todo como en un no-lugar, un espacio irreal pero muy real a la vez, como una existencia fantasmagórica que palpita en los márgenes de lo real de la sociedad en que vivimos, esa sociedad de las apariencias, de las aspiraciones y de la falsa normalidad: esa realidad que la gente se empeña en no ver, en ignorar, ese limbo cruelmente postergado. Qué es este escenario, de todas formas, y qué son estos personajes, por qué existen y por qué sucede lo que sucede. No se sabe y he ahí su fuerza, su gracia, su atractivo: el clima de incertidumbre sumado al clima de extrañeza: la fuerza caótica corriendo paralelamente a la fuerza de la desubicación espacio-temporal. Lo cierto es que esta vida anodina que llevan los personajes se sacude con la caída de este misterioso objeto proveniente del cielo, y nada volverá a ser lo mismo, porque este meteorito es el catalizador de una energía mutante que lo devora y controla todo. Como sea, si es todo real o no, si es todo sobrenatural o no, si es alucinación o no, locura o cordura, qué importa. Tenemos personajes atractivos, bien desarrollados considerando la propuesta, y un flujo de acontecimientos adictivo y arrollador, apabullante, desaforado como una vena carótida cortada quirúrgicamente por un filoso bisturí sostenido por manos firmes y seguras. La pesadilla de la clase media.

Un absoluto goce de novela, un genial ejercicio de estilo, imperdible lectura. Me encantó y no puedo si no recomendarlo fervientemente. Háganle parceros.


La tradición de todo préstamo. Como ven, bueno... Ja, ja, qué se puede decir. Parece que no tenían el papelito correspondiente. Un simple post-it color naranja. En fin, como se ve, soy el segundo lector en dos años. El libro parece estar algo descuidado en su portada, pero por dentro todo bien. Quizás alguien despegó la tarjetita oficial y por eso el post-it, lo que, siguiendo esa hipótesis, quizás significa que Rockabilly llevaba más años en circulación dentro de Bibliometro. Dejémoslo en el misterio, no le preguntaré a ninguno de los que atienden las sucursales.

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