"LAS GRANDES PASIONES SON ENFERMEDADES INCURABLES"
-Goethe

sábado, 31 de agosto de 2024

El agujero en la pared, de Rubem Fonseca

Bibliometro S04E07. Bien, otro final de temporada ha llegado y, como se puede comprobar, este ciclo fue mayoritariamente dedicado a Rubem Fonseca, así surgió, así se hizo, puro impulso. El agujero en la pared es un libro de cuentos, ocho en total, el séptimo en este género, que fue publicado el año 1995, siete después de Vastas emociones y pensamientos imperfectos, esa sensacional novela que ya comentamos hace unos cuantos días. (Leí los libros prestados en orden estrictamente cronológico, lo cual me ha servido para ir observando los cambios en su literatura, la evolución y progresión). La buena racha sigue presente, para disfrute nuestro.


Comencemos de inmediato con los cuentos, siguiendo el índice:
-El globo fantasma: Interesantísimo y exótico cuento (al menos para alguien que vive en un lugar que no sufre los problemas relatados) que, en esencia, es un policial sobre globos, es decir, un policía a cargo de una comisión dedicada exclusivamente al combate de la industria de los globos, que como se sabe, son peligrosos por cuanto pueden causar incendios tanto en las selvas como en asentamientos urbanos. El asunto es que, según un informante, los globeros quieren elevar el globo más grande jamás hecho por la mano del hombre, pero no hay pistas concretas, así que de eso se trata, de un policía, con sus problemas sentimentales entre medio, persiguiendo un globo que no se sabe si existe aún. Es un cuento muy entretenido, que goza de la buena prosa de un ya experimentado Fonseca que domina al revés y al derecho el relato policial aplicado a cualquier historia, a cualquier premisa, lo cual viene a demostrar la habilidad de los maestros: contar historias fuera de su zona de confort sin perder la identidad.
-La carne y los huesos. No mentiré, me he demorado en escribir este post y ya han pasado hartos días desde que no sólo leí sino que devolví este libro, y este cuento es uno que no recuerdo mucho, salvo que es sobre amores y muertes, amantes y madres muertas, la crónica de un hombre cuyos días oscilan entre esas dos energías. Pero como digo, no me dejó mucha huella.
-Idiotas que hablan otra lengua. Este cuento está escrito en formato dramatúrgico, en esencia es una obra teatral sobre un hombre con muchas mujeres que, un buen día, es incapaz de mantener en orden sus asuntos y todo le explota en la cara. Podría hablarse sobre perspectiva de género, en tanto el protagonista y sus mujeres tienen puntos de vista contrapuestos sobre el adulterio y esas cosas, pero no deja de ser una más o menos divertida banalidad, una mini guerra de los sexos.
-El enano. Este cuento sí que me gustó, y ya de que acá la cosa mejora. Brevemente, es la historia de cómo a un hombre pusilánime, débil e inútil, le cambia la vida al conocer a dos mujeres muy diferentes entre sí, tanto por su extracción social como por sus personalidades y sus formas de expresar su amor por este sujeto. Nuevamente tenemos presente la muerte, la violencia, el amor, el sexo en un cuento de enredos, que por lo demás tiene una atmósfera de humor negro que le queda delicioso. Yo me lo pasé re bien leyéndolo.
-Artes y oficios. El arte y la sociedad, la integridad artística y el éxito material. El protagonista es un pobre enriquecido, un tipo que no tenía nada y que a punta de ingenio se las arregló para hacerse millonario, para encajar en la sociedad de las apariencias y las máscaras. También tiene su toque cómico, irónico, palabras afiladas para referirse a la hipocresía y decadencia y venalidad de esa burguesía aburrida y diletante que no sabe qué demonios hacer con su falta de cultura. El pobre y el rico habitando en el mismo sujeto, y sus intentos para dejar una marca aún mayor, para erigirse como el no-va-más de la sociedad brasileña. Excelente cuento también.
-Orgullo. Una divertida miniatura, escrita y leída sin apenas suspiro, que también juega con el orgullo de clase, el orgullo personal y cómo esas consideraciones pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Muy ingenioso y logrado.
-Placebo. Acá si que es mejor no revelar mucho porque la premisa es delirante y Fonseca logra situar su relato justo en el límite entre el consciente ridículo y la seriedad de unos personajes para quienes, obviamente, el problema que tienen entre manos no es ningún chiste, aunque para nosotros, ya digo, es toda una gozada seguir esta desquiciada historia de absurdos muy serios.
-El agujero en la pared. Este es como un coming-of-age sobre un muchacho que vive en una miserable pensión, apenas en el rincón de una sala de estar (separado por un muro o un armario o algo así), y que descubre el amor, el sexo y también los problemas que todo ello trae consigo. Tiene exquisitos toques noir, el muchacho va a la Biblioteca Nacional de su ciudad a leer todo el día, se enamora de otra muchacha también despertando a la vida y sus sensaciones, y de nuevo, la presencia de la muerte, esa sombra que se cierne, como una maldición, sobre lo bello que se puede hallar en esta vida. 

En resumen, un libro de cuentos sumamente logrado, lecturas veloces pero de historias, en su mayoría, no sólo interesantes por sí mismas sino que también por la manera en que están narradas y porque Fonseca logra dotarles de un ingrediente único, singular, refrescante a cada historia, y porque además, en extensiones más acotadas, te cuenta argumentos no tan simples y te inventa personajes con bastante sustancia, todo eso con una inteligente y eficiente economía de medios. Es curioso, porque Lucía McCartney también es un libro mayoritariamente bueno, pero los cuentos de El agujero en la pared se sienten como con más empaque, más solidez estructural, más madurez, no lo sé. O quizás fue la traducción de aquel libro de cuentos, quién sabe. Estoy decidido a leer Lucía McCartney a cargo de otro traductor, quedé con esa maldita espina clavada.


Once (¡chúpalo entonce!) préstamos en poco más de nueve años es la actividad de este libro de cuentos, con una prolijidad no del todo lograda aunque algo hay, pero de todas formas hay una fecha invertida, un espacio en blanco y fechas chuecas o muy apegadas a los bordes de las casillas. Un extraño placer provoca mirar esta imperfecta ficha bibliográfica. El 2015 fue el año de gloria de este libro, luego recién el 2019 se pidió otra vez un par de veces, luego lo mismo el 2023, y parece que yo vine a romper estos intervalos de cuatro años, este 2024 que ya entra en su trimestre final.

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